Acoso laboral, depresión, suspensión de sueldo y una larga lista de denuncias y expedientes que no paran de llegar de la nada. Ese es el escenario que vive cada día Miguel Ángel Hernández desde hace tres años.
Este jefe de policía de un municipio barcelonés llamado Capellades cometió «un error»; hacer su trabajo con la actual concejal de cultura, del partido de ultra izquierda y separatista de la CUP después de que ésta estampara su coche contra un árbol y diera positivo en alcoholemia.
«Me recriminaron que la chica regidora de cultura era del pueblo y no teníamos que abrir ningún atestado». «He estado un año y medio sin poder pagar hipotecas». Confiesa incluso, que se ha visto en la necesidad de ir a la cola de Cáritas para tener alimentos. A pesar de vivir un calvario este ciudadano se mantiene firme. Advierte que no se derrumbará. Recuerda que lleva 28 años en su puesto con un expediente intachable.
