Si el FBI tiene tiempo de sobra después de acosar a las madres en las reuniones de la junta escolar, tal vez quiera investigar los grupos que participan y financian los disturbios pro-Hamás en las universidades de todo el país. Despejar la Universidad de Columbia el martes por la noche no significa que el trabajo esté hecho.
Sí, algunas de las protestas han sido pacíficas y han participado en discursos protegidos constitucionalmente. Pero, a diferencia de los padres preocupados que simplemente decidieron involucrarse más en la política local, los grupos detrás de las protestas (violentos y pacíficos) quieren desmantelar la sociedad estadounidense. Y las cosas podrían volverse aún más violentas este verano.
Las autoridades (no sólo la Oficina Federal de Investigaciones, sino también las fuerzas del orden en todos los niveles) presumiblemente han estado controlando quién participa, quién violó la ley, quiénes son los no estudiantes que se cuelan en la propiedad de la universidad para agitar, etc. Si no, el Congreso debería intervenir.
Los arrestos en Nueva York y Los Ángeles, donde el LAPD ingresó a UCLA el miércoles temprano, proporcionarán la identidad de muchos. También deberían ayudar otras tecnologías, como los drones policiales que sobrevolaron los campamentos y las geovallas que indican a las autoridades quién utilizó un teléfono dentro de un espacio.
Lo más importante es que las fuerzas del orden deben investigar quién financia estas protestas bien organizadas y orquestadas. Especialmente si se trata de una potencia extranjera como Irán o su representante terrorista Hamás (lo que, nuevamente, significaría Irán). Y si los financiadores son nacionales, ayudar e instigar la violencia a través de las fronteras estatales es un delito federal.
Ya sabemos que algunas de las protestas callejeras han sido organizadas por la Coalición ANSWER (Actúa Ahora para Detener la Guerra y Poner Fin al Racismo), que se atribuye el mérito de una marcha en Washington, que, según dice, reunió a 400.000 personas, muchas de las cuales eran transportados en autobús desde otros estados.
ANSWER es un proyecto patrocinado fiscalmente por Progress Unity Fund (PUF), una organización 501(c)(3) exenta de impuestos con una larga historia de promoción de las causas más radicales de la sociedad.
El Fondo de Unidad para el Progreso está estrechamente vinculado con el Partido Mundial de los Trabajadores, descrito por Discover the Networks como un partido de «vanguardia marxista-leninista». Capital Research Center dice que «el director de ANSWER es Brian Becker, quien también es [una] figura clave dentro del Partido por el Socialismo y la Liberación, otro grupo comunista que se separó del Partido Mundial de los Trabajadores en 2004». El partido dice que la democracia estadounidense es una «fachada».
PUF ha recibido dinero de la Fundación Tides, de extrema izquierda y con mucho dinero, según Influence Watch. ANSWER, según Research Gate, también recibe dinero de la Open Society Foundation de George Soros, que también es de extrema izquierda y muy rica.
ANSWER organizó la marcha en Washington con Musulmanes Estadounidenses por Palestina (AMP), que brinda orientación y apoyo financiero a Estudiantes por la Justicia en Palestina. Según el profesor de Columbia Shai Davidai y muchos otros, AMP tiene fuertes vínculos con Hamás.
El SJP, que también ha abogado por Hamás y publica periódicamente tuits venenosamente antisemitas, ha organizado y dirigido muchas de las protestas universitarias.
En nuestro libro reciente, El marxismo de próxima generación, qué es y cómo combatirlo, Katharine Cornell Gorka y yo describimos que el SJP ha sido tan vil en su apoyo a la masacre de Hamás del 7 de octubre y a las violaciones en grupo de mujeres judías que «el gobernador Ron DeSantis Ordenó a las universidades de Florida que disolvieran los capítulos del SJP».
SJP recibe financiación de AMP, pero es en sí mismo un proyecto patrocinado fiscalmente por la Fundación de la Coalición de Acción Popular de Westchester (WESPAC), otro financiador de extrema izquierda. Cuando visitas el sitio web de WESPAC, encuentras una fotografía de activistas serios sosteniendo un cartel que dice Otro mundo es posible. Este es un lema muy conocido utilizado por organizaciones que desprecian el capitalismo pero sienten que deben ocultar su comunismo.
Ryan Mauro, del Capital Research Center, cuyo trabajo de seguimiento de estas redes es invaluable, me envió un correo electrónico diciendo que «WESPAC financia varios grupos revolucionarios de extrema izquierda/antioccidentales». Pero como actúa como patrocinador fiscal de la JEP, no hay transparencia. «Todas las donaciones pasan por WESPAC y no están obligados a revelar nada públicamente sobre esa relación».
Pero podemos tener una idea, a partir de otras revelaciones, de quién financia WESPAC y AMP. Mauro me cuenta que entre quienes han donado a WESPAC se encuentran la Fundación Elías (100.000 dólares); la Fundación Sparkplug (alrededor de 100.000 dólares); Asesores de Filantropía de Rockefeller (80.000 dólares); Open Society de George Soros (40.000 dólares); y la Fundación Groundswell (alrededor de 32.000 dólares). Mientras tanto, la Fundación Zakat ha donado 25.000 dólares a AMP.
¿Cuán influyentes han sido sobre los manifestantes estos grupos y sus ideas marxistas de próxima generación sobre la descolonización, el paradigma «opresor versus oprimido» y el anticapitalismo? Podemos tener una idea de los tres portavoces que se enfrentaron a los medios en Columbia el martes, antes de que la policía de Nueva York los desalojara de Hamilton Hall. Han sido muy ridiculizados, pero sus antecedentes son instructivos.
La principal fue Johannah King-Slutsky. Según Jordan Schachtel de The Dossier, Johannah es candidata a doctorado
Mike González publicó este artículo originalmente en el Washington Examiner
