Si algo hemos podido comprobar en la reciente comparecencia del nuevo ministro de Economía, Comercio y Empresa ante la comisión correspondiente en el Congreso de los Diputados, es una clara tendencia continuista del modelo de gestión basado en la propaganda puesto en práctica por su antecesora en el cargo.
Porque es mera propaganda presentar como un éxito la evolución de la economía española en estos últimos años, es faltar a la verdad hablar de sus sólidas bases y es una desfachatez presentarla como modelo para el resto de los países.
La realidad de la evolución de la economía española en estos últimos es que hemos pasado de estar a 9 puntos de la media de los países de la Unión Europea en PIB per cápita en paridad de poder adquisitivo en el año 2018, a estar a 14 puntos en el año 2022.
No podemos considerar como un éxito el dato que la productividad total de los factores en España, según un estudio publicado por la Fundación BBVA recientemente, haya acumulado un retroceso del 7,3% entre el año 2000 y el año 2022.
Por otra parte es una evidencia que las bases sobre las que se sustenta la economía española no son sólidas tal y como nos pretende convencer este gobierno. Porque no se puede considerar bases sólidas tener la mayor tasa de paro de la Unión Europea, ni mantener un déficit elevado en las cuentas públicas y menos aún que nuestro endeudamiento llegue a máximos históricos superando ampliamente el nivel del PIB.
Porque no son sólidas las bases cuando casi un tercio de las empresas españolas, según datos de la Central de Balances del Banco de España, se están enfrentando dificultades a la hora de generar beneficios suficientes para cubrir costes. Y que un 24% presentan niveles de endeudamiento que amenazan su supervivencia. Una economía que pierde peso continuamente el ámbito económico internacional no puede ser modelo ni referencia de nada.
No puede ser modelo cuando la propia OCDE menciona que en el año 2060 España perderá 11 puestos en la ratio de PIB per cápita en paridad de poder adquisitivo. Es también la OCDE quien estima que, en las próximas cuatro décadas, España registrará el tercer peor crecimiento de 46 países analizados en crecimiento del capital, tanto físico como intangible,
Es urgente pasar del modelo socialista de gestión basado en la propaganda y el subsidio, a un modelo basado en la responsabilidad y la eficiencia. Un modelo que incentive la inversión y la creación de empleo, incremente la productividad, potencie el mercado interior, garantice la seguridad jurídica y reduzca la burocracia.
El futuro de la economía española será más halagüeño cuanto antes cambiemos el modelo, cuanto antes se vayan los socialistas.
Pablo Saez es diputado nacional
