Hijo de un político de CiU muy próximo a Jordi Pujol, Alexandre Rosell, más conocido por “Sandro” Rosell llegó a la presidencia del Barça con cuarenta y pocos (julio 2010) y con fama de guaperas. Empezó a currar vendiendo productos de Myrurgia en el extranjero. Aprovecha su contribución al marketing de los JJ.OO. de Barcelona ’92 para situarse en eso del patrocinio deportivo con la suiza ISL, hasta llegar a la multinacional Nike, a la que le abrió las puertas del Barça. Conseguido llegar a la presidencia, por un irrepetible avatar: la caída por “exótico” del hooligan Joan Laporta, todo le auguraba un largo mandato. Sin embargo, un día apareció triste y alegó “motivos personales” y lo dejó.
Enseguida se relacionó aquello con la crisis Neymar y los impuestos no pagadas, salió la relación de privilegio con Ricardo Texeira el gran capo del futbol brasileiro. Sin embargo, nada de eso. Rosell se fue a vivir a Londres por exigencia de su esposa. Ella exigió un cambio de rumbo, al descubrir otra relación de Sandro. Juntos se fueron a Londres, donde estudiaba Antonia, su hija. Allí están los tres como cuando convivían en Miami hace unos años.