España, segundo productor europeo de vehículos y octavo del mundo, fabrica pocos vehículos eléctricos y sus habitantes los conducen menos, ya que su cuota no alcanza el 1 % del parque automovilístico.

Sin embargo, el Gobierno ha apostado hoy claramente por ello, ya que, según el borrador de la Ley de cambio climático y transición energética del ministerio del ramo, a partir de 2040 solo se podrán vender en España vehículos eléctricos o de pila de combustible de hidrógeno.

El documento plantea que en 2040 se prohibirán las matriculaciones y ventas de vehículos (turismos y comerciales) de combustión tradicional e híbridos que emitan dióxido de carbono (CO2).

Además, en su calendario se prevé que en 2050 no circulen los vehículos con esas emisiones «directas» de dióxido de carbono (entre ellos todos los de diésel y de gasolina).

Entretanto, las últimas cifras (la memoria anual de 2017) de la patronal española de fabricantes de automóviles y camiones Anfac reflejan que en España solo se producen las furgonetas eléctricas Nissan e-NV 200 (en exclusiva para Europa), Peugeot Partner y Citroën Berlingo (en exclusiva mundial); así como el cuadriciclo Renault Twizy (que se hace en Valladolid, pero que en octubre pasado la marca gala anunció que dejara de hacerse en esa planta).

Otro dato es que la producción en España de vehículos electrificados (no se especifica si son 100 % eléctricos) en 2017 ascendió a 10.781 unidades, el 14,9 % más que en 2016, según la citada memoria.

Las cifras de matriculaciones tampoco tienen un gran volumen. En los diez primeros meses de 2108, se han matriculado 9.980 eléctricos (el 48,8 % más en tasa interanual) y 63.772 híbridos (el 39,8 % más), según Anfac.

Su peso en el mercado total (en octubre se matricularon 88.410 turismos y todoterrenos, el 6,6 % menos) es actualmente del 8,7 % si se unen híbridos y eléctricos, frente al 32,8 % de los diésel y el 58,5 % de los gasolina.

En los diez primeros meses del año (se han matriculado 1.131.081 unidades), la cuota de vehículos alternativos se ha situado en el 6,4 %, frente al 36,6 % de los diésel y al 57,1 % de los gasolina.

Mientras que la prohibición del Gobierno tendría como medida positiva el impulso de las ventas de eléctricos puros, podría provocar un efecto negativo en la producción y exportación de vehículos, según los expertos.

En España se fabricaron en los nueve primeros meses (no se precisa por tipo de combustibles) del presente año 2.169.851 unidades, el 1,7 % más en tasa interanual. En 2017 la cifra fue de 2.848.335 unidades, de las que 10.781 fueran electrificadas.

Las alarmas -por el brexit, la llegada del nuevo sistema de homologación WLTP y las incertidumbres en mercados como Turquía- se hicieron visibles en septiembre, cuando se produjeron 199.753 unidades, el 23 % menos que en el mismo período de un año antes, una cifra que no se registraba desde el año 2013.

La de turismos ha sido la que más ha descendido en septiembre con 153.245 unidades ensambladas, un 23,8 % menos (en el acumulado la cifra es positiva: 1.705.606 unidades, el 1,5 % más), mientras que la de industriales ha caído un 20,8 %, con 42.566 (en el acumulado el alza es del 1,5 % y 425.532 unidades ensambladas).

En paralelo, en septiembre se exportaron 161.621 vehículos, el 23,7 % menos; y en los nueve primeros meses 1.770.388 automóviles, el 2,2 % más.