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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Luis Tosar: «La historia de ‘1898. Los últimos de Filipinas’ tiene mucho del carácter español»

Setenta años desde el estreno de la única película sobre el sitio de Baler, España regresa la mirada cinematográfica a aquellos españoles que resistieron el asedio filipino tras la pérdida de la última colonia en 1898. Con ánimo de difundir al gran público la dramática gesta del destacamento español en Filipinas, comienza el rodaje de “1898. Los últimos de Filipinas”, dirigida por Salvador Calvo y protagonizada por la primera división del cine español. Luis Tosar, Javier Gutiérrez, Karra Elejalde, Eduard Fernández y Carlos Hipólito se han embarcado en este ambicioso proyecto cinematográfico de aventuras, de miserias y de resistencia que, en palabras de Tosar, pretende aportar “luz” a la memoria de una buena parte del público español que ha olvidado la España donde nunca se ponía el sol. 

Fueron 337 días entre 1898 y 1899 atrapados en los muros de la iglesia del pueblo de Baler. España ya había cedido Filipinas a Estados Unidos y la guerra había terminado para todos, salvo para un destacamento español que resistió hasta la extenuación alejado de casa. La muerte, la enfermedad y el descenso a los infiernos de aquellos inolvidables españoles que sobrevivieron y murieron por su país tras la desaparición del último reducto del imperio español apenas se ha tocado en el cine desde la primera y única adaptación de 1945, “Los últimos de Filipinas” de Antonio Román

Setenta años más tarde, “1898. Los últimos de Filipinas” comienza a andar con un presupuesto de superproducción de 6 millones de euros, nueve semanas de intenso rodaje entre Guinea Ecuatorial, Tenerife y Gran Canaria y una visión que, según su director, pretende ser “lo más realista posible”. “Será una película muy compleja de rodar, no sólo por la cantidad de extras sino por contar un hecho histórico al que hemos querido ser lo más fieles posible”, comenta Salvador Calvo en rueda de prensa antes de viajar a Guinea, donde empezará a rodar los ambiciosos exteriores de la película. “Hemos contado con dos asesores para ceñirnos al rigor histórico, pero también hay varios personajes dramatizados para narrar la desilusión de la guerra”, continúa.

Grandes planos de las playas y las selvas guineanas para decorar los exteriores de una película “muy abierta”, pero también reconstrucciones fieles de la iglesia y el pueblo de Baler en las Islas Canarias e, incluso, la utilización de un barco de principios de siglo. Todo ello forma parte de una película realista que poco a poco se personifica en unos personajes complejos, encabezados por el capitán de Infantería Enrique de las Morenas y Fossi, el segundo teniente Juan Alfonso Zayas o Saturnino Martín Cerezo, encarnado por Luis Tosar. “Es una historia de resistencia que tiene mucho que ver con el carácter español”, comenta el intérprete. “Salvador Calvo es un director muy visceral y creo que será un rodaje muy divertido”, adelanta.

“Intentaré que no me pique un bicho ni me muerda un cocodrilo”, bromea entre risas el actor Karra Elejalde, que poniéndose serio explica que interpreta en la película a fray Cándido, un fraile franciscano que observa cómo el destacamento se consumía progresivamente, “huérfano de patria”. A su lado, Carlos Hipólito y Eduard Fernández asienten. “La película va a sacar la humanidad de cada uno en este encierro”, comenta Fernández. Él será el capitán Enrique, “de los que quieren volver a casa”.

“1898. Los últimos de Filipinas” huye de la etiqueta del remake y, para que quede constancia, desplegará toda su maquinaria en un rodaje intenso para que quede una cinta nunca antes imaginada. “Una película necesaria”, concluye el actor Javier Gutiérrez. 

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