«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Orbán, de nuevo, contra la inmigración masiva: 'Europa está llena'

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán

El primer ministro magiar, Viktor Orbán, se ha mostrado convencido de que la Unión Europea, en lugar de centrarse en distribuir inmigrantes, debe afanarse en limitar su entrada en los países del Viejo Continente.


Son ingentes las ocasiones en que el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha advertido de las dramáticas consecuencias que conllevan los movimientos migratorios masivos. De este modo, y a pesar de que estas advertencias parecen ser siempre desoídas por aquéllos a las que están dirigidas, el mandatario magiar no pierde oportunidad de denunciar la suicida política que está aplicando la Unión Europea en materia de inmigración.
En un programa radiofónico emitido este domingo, Orbán ha explicado los motivos por los que rechazó la propuesta migratoria presentada la pasada semana en la cumbre del Consejo Europeo: ‘La proposición presentada por ellos se centra en la admisión y distribución de inmigrantes (…) Europa está llena’, sentencia el primer ministro magiar.
En esta línea, el políticamente incorrecto mandatario húngaro se ha mostrado convencido de que la Unión Europea, en lugar de centrarse en distribuir inmigrantes, debe afanarse en limitar su entrada en los países del Viejo Continente: ‘Las fronteras exteriores deben ser defendidas, y los inmigrantes deben ser mantenidos fuera de Europa. Si protegemos nuestras fronteras y acabamos nuestra infiltración, no habrá nadie a quien distribuir; podremos zanjar esta disputa’.
Orbán, cuya oposición a los preceptos de la corrección es conocida por todos, ha advertido también de las nocivas consecuencias que el plan presentado en el Consejo Europeo acarrearía para Hungría: ‘De acuerdo con la propuesta, Hungría habría de acoger a diez mil inmigrantes de modo inmediato. La provisión asignada para cada inmigrante sería de unos nueve millones de florines [la moneda nacional húngara]. Hungría sería incapaz de soportar esto. Nos destruiría’, ha aseverado sentencioso.
En este sentido, el mandatario magiar ha abundado en los posibles efectos colaterales de la inmigración. En concreto de la islámico: el terrorismo yihadista, el crimen organizado, la constitución de guetos y diferentes formas de violencia contra la mujer.

Una nueva censura

El primer ministro húngaro también ha arremetido contra esa presión que ejerce el sistema sobre aquéllos que rechazan los movimientos migratorios masivos. Así, de acuerdo con él, se está imponiendo una nueva censura que impide el florecimiento de discursos contrarios a las ideas propugnadas por la corrección política. ‘La cuestión de la migración no puede ser esquivada, pues ocurre por mucho que haya censura’, ha aseverado.
‘Pese a los intentos de las élites occidentales de marginar y congelar la cuestión, la opinión pública acabará imponiéndose, pues la naturaleza de la democracia radica en que tarde o temprano uno debe lidiar con aquellas cosas que son más importantes para la gente’, ha señalado Orbán, quien considera que la inmigración – y la propia identidad – es una de las cuestiones que más preocupa a sus compatriotas.
Asimismo, el mandatario magiar ha extraído una conclusión de los recientemente celebrados comicios electorales italianos: ‘Por primera vez, veo que Bruselas se ha percatado de que no puede continuar ignorando la cuestión migratoria’.

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