La victoria de un pastor alemán hembra en el último Best in Show, uno de los festivales caninos más importantes del mundo, ha abierto un intenso debate.
Probablemente ninguno de ustedes se hubiera imaginado nunca que un festival de perros podría generar polémica por el género del vencedor. Pero sí, en la sociedad moderna que nos ha tocado vivir, esto tiene mucha más importancia de lo que creemos.
La victoria de un pastor alemán hembra en el certamen del Westminster Kennel Club Dog Show de Nueva York ha levantado una oleada de polémica. ¿El motivo? Sus propietarios han anunciado que en los próximos meses tendrá descendencia y se retirará del mundo de la competición.
Una estrategia habitual en este negocio – porque no hay que olvidar que lo es- pues los criadores son conscientes de que las hembras aumentan su valor tras ganar este tipo de festivales y su descendencia se paga a precios desorbitados.
Las quejas han llegado de parte de una asociación de animalistas que reivindica la «igualdad» entre hembras y machos. «Los machos pueden continuar compitiendo después de ganar un trofeo de este tipo, pero las hembras no», sentencian.
«Las hembras ganado este torneo 39 veces, mientras que los machos han resultado ganadores en 71 ocasiones. ¿Qué ocurre?», añaden estos animalistas que parecen no conocer la realidad del sector. Las hembras compiten en menor medida en Westminster, el segundo evento deportivo más antiguo de los Estados Unidos después del Derby de Kentucky, porque durante la edad ideal para la reproducción sus criadores no están dispuestos a poner en riesgo el embarazo con viajes y situaciones de estrés.
«Los machos se pueden utilizar como sementales en cualquier momento, por lo que pueden competir y tener descendencia al mismo tiempo», lamentan.
Betty-Anne Stenmark, la única juez de la competición de este año, recordó que la apariencia era importante cuando se trataba de elegir un campeón mundial, pero subrayó que todos los perros, independientemente de ser machos o hembras, tienen «las mismas posibilidades».