Existen dos formas de ver a quien nos presta un servicio
. Está la visión del intelectual trasnochado o el vago con papás generosos, para los que aquél que realiza el servicio a menudo es inferior; el que se ocupa de aquello que no es apropiado para ellos. Hoy en día, los niños bien tienden a tratar a estas personas con simpatía, esa simpatía políticamente correcta con la que visten una condescendencia elitista que, interesante casualidad, a menudo les encanta criticar en otros. Pero esta perspectiva no absorbe la mirada de todos, por fortuna, y también hay quien mantiene los pies en el suelo y comprende que el que presta un servicio es, nada más y nada menos, que el que presta un servicio. Es una actividad profesional, y por lo tanto quienes se dedican a ello, por lo menos quienes lo hacen bien, son profesionales.
A raíz de esta dicotomía de pensamientos, en un aspecto tan importante como la limpieza hay algunos que no se preocupan de si contratan a verdaderos profesionales o no. Limpiar la porquería de otros es algo sucio, algo de gente de catadura más baja que ellos nunca harían, y si ellos nunca lo harían, naturalmente será porque es una tarea simple y despreciable. Estas personas, con su manera de pensar, reciben lo que buscan: un entorno que refleja sus ideas al respecto, permitiéndoles además reafirmarse en esa idea de que los encargados de limpiarlo son lo que ellos quieren pensar que son, quién sabe si por compensar alguna insatisfacción interna.
Por el contrario, quienes respetan el trabajo ajeno y son conscientes de la importancia de que cada cual lleve a cabo su función del modo más excelente posible, se toman en serio la búsqueda de un servicio de limpieza profesional para su espacio de trabajo. Desgraciadamente no es tan fácil encontrar una buena empresa de limpieza en Madrid capital, debido a que en una ciudad tan grande el exceso de oferta puede resultar abrumador. En más ocasiones de las que sería deseable, este servicio tan vital es ofrecido por personas que, en una desconcertante paradoja, suscriben aquella otra manera de pensar, por la que el personal de limpieza se considera inferior de otro personal al servicio de una compañía. Y debido a esto solo se ofrecen a realizar tan “indigno” trabajo porque no ven otras salidas laborales. Al no respetar la profesión, tampoco se respetan a sí mismos al realizarlas, lo cual conduce a un perjuicio grave de la empresa contratante, que se encontrará con un entorno muy distante de la excelencia deseable en toda labor.
Cualquiera con dos dedos de frente cuyo empleo supone pasar horas en una oficina u otro espacio común de trabajo o, con más motivo aún, ocupe un cargo de responsabilidad en una empresa con estas características, tiene clara la relevancia capital de que dicho espacio presente la pulcritud necesaria para conformar un ambiente óptimo y productivo, ya que se trata de un elemento definitorio a la hora de predecir los resultados probables de las actividades realizadas dentro de la compañía.
En respuesta a los hechos citados, una de las mejores empresas de limpieza en Madrid procura garantizar que sus trabajadores sean también profesionales con dos dedos de frente, que se respetan a sí mismos y su responsabilidad como empleados, lo que les lleva a capacitarse para cumplir su labor con el compromiso de todo aquel que se toma en serio su función. Esto es lo que distingue a Perfexya e Innova Facility Services de otras empresas. Un verdadero alivio para el propietario de cualquier comercio, oficina, local, etcétera, deseoso de que el dinero invertido en el indispensable mantenimiento del espacio de convivencia laboral sea dinero bien gastado, recibiendo a cambio la calidad que cabría esperar de profesionales responsables y cualificados.
Tales empresas destacan por su seriedad y disposición a adaptarse a las necesidades de sus clientes, ofreciendo sus servicios a las horas que sean adecuadas en función de la actividad que se lleva a cabo en el negocio e indicando con claridad y conocimiento los protocolos que se establecen según la naturaleza del lugar de trabajo. Y es que no es lo mismo realizar la limpieza de una oficina que la de un restaurante o un comercio. Una verdadera empresa de limpieza sabe exactamente cómo garantizar la pulcritud y el funcionamiento normal en hospitales, escuelas, complejos industriales, locales de alimentación, comunidades de vecinos y garajes. En todos los casos el cuidado de las instalaciones es determinante y complejo, siendo esta idea la base sobre la que se cimienta el funcionamiento de un servicio de limpieza profesional capaz de satisfacer las más altas exigencias de aquellas empresas que buscan la calidad y la excelencia en el mantenimiento de sus espacios comunes.