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Injerencia progresista sobre el poder judicial

Presión abortista en EEUU: Obama, Biden y Harris tratan de influir sobre la Corte Suprema

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El presidente de EEUU, Joe Biden, junto a la vicepresidente, Kamala Harris, y al expresidente Barack Obama. Reuters.

La histórica filtración del borrador de la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos, que de aprobarse acabaría con casi medio siglo de derecho constitucional al aborto, revirtiendo la famosa sentencia jurisprudencial de Roe contra Wade, está provocando los frutos esperados: una presión desde los más altos poderes del país norteamericano.

A los esperados ataques mediáticos contra la decisión del más alto tribunal estadounidense, se han unido varias voces de figuras políticas del más alto nivel. Desde Barack Obama a la actual vicepresidente, Kamala Harris, pasando por el presidente del país, Joe Biden, están tratando de influir en la decisión final de la Corte Suprema en el mayor caso de injerencia sobre el poder judicial estadounidense que se recuerda.

El expresidente Barack Obama ha escrito un comunicado, junto a su mujer Michelle Obama, en el que ha asegurado que “millones de estadounidenses” se despertaron el martes “temiendo que sus libertades esenciales” estuvieran “en peligro”.

Obama ha advertido que, de oficializarse la decisión, el alto tribunal “relegará la decisión más intensamente personal que alguien puede tomar a los caprichos de políticos e ideólogos”.

Según el expresidente, la sentencia Roe v. Wade reconoció que la libertad consagrada en la Constitución estadounidense requiere que “todos disfrutemos de una esfera de nuestras vidas que no esté sujeta a la intromisión del estado”. Una esfera, ha escrito, “que incluye decisiones personales que involucran con quién nos acostamos, con quién nos casamos, si usar o no métodos anticonceptivos, y si tener o no hijos”; o, en este último caso, más bien matarlos.

Obama ha afirmado que está decisión “obliga a las personas a renunciar a cualquier interés constitucionalmente reconocido en lo que le sucede a su cuerpo una vez que quedan embarazadas” y los estados “podrían dictar que las mujeres lleven a término todos los embarazos”.

El expresidente ha alertado que las consecuencias de esta decisión “serían un golpe no solo para las mujeres, sino para todos los que creemos que en una sociedad libre”.

Obama ha animado a los estadounidenses a protestar contra la inminente decisión de la Corte Suprema. “Piensa en cualquiera de los cientos de miles de mujeres que cada año merecen la dignidad y la libertad de tomar una decisión que sea correcta para sus cuerpos y sus circunstancias”, ha escrito, y ha animado a unirse a los activistas y a “actuar”, participando en “protestas”. “Únase a ellos para instar al Congreso a codificar Roe como ley”, ha instado el expresidente.

El presidente actual de Estados Unidos, Joe Biden, también ha metido presión a la Corte Suprema a través de una declaración. “Creo que el derecho de una mujer a elegir es fundamental”, escribió en un comunicado publicado por la Casa Blanca en referencia al derecho a que las madres maten a sus hijos en su vientre.

“Si la Corte anula Roe, recaerá sobre los funcionarios electos de nuestra nación (…) proteger el derecho de la mujer a elegir. Y recaerá en los votantes elegir a los funcionarios a favor del derecho a decidir este noviembre”, dijo Biden, refiriéndose a las elecciones de medio mandato de este año.

A nivel federal, afirmó el presidente, “necesitaremos más senadores” abortistas “para adoptar legislación que codifique Roe, que trabajaré para aprobar y convertir en ley”.

La vicepresidente de Estados Unidos, Kamala Harris, también se ha sumado a las presiones sobre la Corte Suprema y ha atacado a los estadounidenses que defienden la vida. “Lo que está claro es que los opositores de Roe quieren castigar a las mujeres y quitarles sus derechos a tomar decisiones sobre sus propios cuerpos”, ha escrito en una declaración emitida este martes.

La mano derecha de Biden ha acusado a los legisladores republicanos de los estados de todo el país de estar utilizando el uso de la ley “como un arma” contra las mujeres. “Los derechos de todos los estadounidenses están en riesgo”, ha advertido Harris. “Este es el momento de luchar por las mujeres y por nuestro país con todo lo que tenemos”, ha concluido.

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