España se ha llevado la primera victoria ante la selección del País Vasco en un partido histórico de cesta punta que se disputó en el frontón de Guernica. El encuentro, enmarcado en la I Liga de Naciones organizada por la Federación Internacional, pasará a la historia no sólo por el resultado (15-5 y 15-7), sino por la intensidad simbólica que lo rodeó: fue la primera vez que una selección española se medía oficialmente con la del País Vasco. Sin embargo, lejos de la fiesta deportiva esperada por algunos, la contundente derrota vasca enfrió el entusiasmo de muchos de los casi 800 espectadores que acudieron con la esperanza de una victoria local.
El dúo formado por Erika Mugartegi y Arai Lejardi, ambas oriundas de Marquina-Jeméin, impuso su ritmo desde el primer pelotazo. Con una compenetración impecable y pelotas que rozaban los 140 km/h, silenciaron al público, buena parte del cual no ocultaba su inclinación por la selección vasca. «Jugamos muy bien juntas», comentó Erika al término del partido, mientras su compañera asentía a su lado. La pareja no sólo demostró su valía técnica, sino que consolidó su candidatura como firme aspirante al título final.
Entre los asistentes, la presencia institucional fue notoria. Aitor Esteban, presidente del PNV, compartió palco con la vicelehendakari Ibone Bengoetxea y el presidente del partido en Vizcaya, Iñigo Ansola. Aunque no se ocultaba su incomodidad ante el desenlace, todos ellos aplaudieron con corrección a las vencedoras. No pasó desapercibido el intento de rebajar la tensión desde megafonía: «¡Gora España! ¡Gol!», sonó con cierta sorna mientras el marcador sellaba la victoria española.
El ambiente se tensó aún más con el segundo encuentro de la jornada, en el que la dupla hispana compuesta por Gorka Mugartegi y Rubén Ballo se enfrentó a México. El apoyo del público se inclinó hacia el combinado mexicano, hasta el punto de que el animador del torneo gritaba «¡Viva México!» tras cada tanto en contra de los españoles. Gonzalo Sierra, delantero del equipo azteca y nieto de un santanderino emigrado a Ciudad de México, fue uno de los más aplaudidos por su estilo espectacular, aunque también cometió errores ante el juego sobrio y eficaz de sus rivales.
