Ya desde la misma inauguración, los Juegos Olímpicos de París dejaron claro que, más que un espectáculo deportivo al uso, iban a ser un enorme despliegue de triunfo woke. Y quizá el epítome de este wokismo sea la medalla de oro obtenida por el argelino Imane Jelif, en boxeo… femenino.
Imane Jelif ha obtenido el oro este viernes tras vencer a trece mujeres para arrebatarle la victoria en la final de peso Walter.
Jelif, previamente descalificado del Campeonato Mundial de la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) del año pasado por fallar una prueba de género, venció a la china Yang Liu frente al numeroso público que abarrotaba Roland Garros, coronando un controvertido camino al podio en el que el boxeador no perdió un solo asalto. Jelif levantó el brazo simulando un saludo militar antes de pasearse alrededor del ring.
El perfecto absurdo de coronar y ensalzar a un varón por dar sucesivas palizas a mujeres, aunque acallado y contrarrestado por los medios y autoridades, no ha pasado inadvertido para nadie, y algunas voces se plantean en alto si tiene sentido haber permitido al argelino pelear en la competencia femenina en París, donde las reglas de elegibilidad eran laxas en comparación con la IBA.
La IBA fue despojada de su derecho a dirigir la competencia olímpica en medio de una guerra con los jefes de los Juegos, el COI. Como resultado, no hay exámenes de género o testosterona en París y la categoría está abierta a aquellos que tienen «mujer» en su pasaporte.
Jelif, que gritó «soy una mujer» después de ganar los cuartos de final, ha sido objeto de una ola de comentarios adversos en las redes. Mientras, el taiwanés Lin Yu-Ting, también descalificado del Campeonato Mundial de la IBA, peleará por el oro en la división de peso pluma el sábado por la noche.
En la polémica, algunos afirman que Jelif padece hiperandrogenismo, una condición que presenta niveles más altos de lo habitual de andrógenos (hormonas masculinas), sin embargo, a principios de este año, el presidente de la IBA, Umar Kremlev, le dijo a la agencia de noticias rusa TASS que las pruebas de ADN «demostraron que tenían cromosomas XY y, por lo tanto, fueron excluidos de los eventos deportivos».
La IBA le dijo a The Guardian que había tomado la decisión «luego de una revisión exhaustiva y tenía la intención de mantener la equidad e integridad de la competencia«.
La semana pasada, el COI y la Unidad de Boxeo de París 2024 emitieron un comunicado conjunto en el que afirmaban que todos los atletas que competían en los juegos de 2024 habían cumplido con su reglamento.
«Todos los atletas que participan en el torneo de boxeo de los Juegos Olímpicos París 2024 cumplen con las normas de elegibilidad e ingreso de la competencia, así como con todas las regulaciones médicas aplicables establecidas por la Unidad de Boxeo (PBU) de París 2024», aseguró el Comité.
Y como no había pruebas de género, y todo lo que se requería era un pasaporte que dijera «mujer», cumplieron.
Mientras tanto, el presidente del COI, Thomas Bach, afirma que no hay «ninguna forma científica» de identificar a una mujer. Espero que no le pase lo mismo cuando llegue a casa y se encuentre con su esposa.
