Según la primera comunicación enviada por el Gobierno de España a Bruselas, la subida en vertical de los tipos de interés y las restricciones presupuestarias provocarán este año que el Estado gaste casi tanto en pagar el servicio de la deuda como en inversión pública.
Para dar cuenta de sus previsiones presupuestarias, se estima que el Estado gaste más de 39 mil millones de euros en financiar el endeudamiento, lo que representa un incremento del 8,6% respecto al año pasado. El dato es ligeramente inferior a lo que se destinará a la inversión pública, 39.924 millones de euros, lo que supone un recorte del 8%.
Desde que el Banco Central Europeo dio un giro a su estrategia monetaria, el Estado español pagará 7 mil millones de euros más en intereses que en la factura de 2022. En términos del PIB, el gasto de la deuda representará el 2,5%.
En el año 2020, a pesar del incremento de la deuda pública, la política de tipos de interés cero permitió reducir la factura hasta los 25.120 millones de euros. En contraste, en marzo de este año, ya se ha alcanzado el 2,11%, siendo la diferencia relativamente pequeña debido a que el Estado se financia a plazos más largos, pero esto provocará un incremento relevante de la factura de la deuda.
