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EL COSTE DE LA OBSESIÓN CLIMÁTICA

El fin de los coches de gasolina y diésel destruirá 500.000 empleos en Europa

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y la activista climática Greta Thunberg. Europa Press
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y la activista climática Greta Thunberg. Europa Press

La decisión de los burócratas de Bruselas de prohibir la fabricación y venta de automóviles con motores de combustión interna a partir de 2035 costará miles de millones de euros a todos los ciudadanos de la Unión Europea y provocarán miles de despidos en la industria del automóvil.

Así lo estima la Asociación Europea de Proveedores de Automoción (Clepa) que calcula que la prohibición del Parlamento Europeo costará más de medio millón de empleos en la industria automovilística europea. El 70 por ciento (359.000 empleos) desaparecerían entre 2030 y 2035 y, de ellos, unos 40.000 se perderían en España. A estas habría que sumar otros 40.000 que deberían reciclarse si quieren seguir en el sector.

También estarán en peligro, según Sernauto, 72.000 empleos que, dentro del sector de componentes, están relacionados con el sistema de propulsión de combustión.

«La construcción de un automóvil eléctrico es más simple en su parte mecánica que un automóvil de motor de combustión y necesita menos piezas. Y en este caso, la potente industria de componentes española, con varias multinacionales entre las más importantes del sector, sufrirán a medio plazo las consecuencias de esta decisión en su facturación y, naturalmente, en sus plantillas», señala el periodista Carlos de Miguel en el diario La Razón.

Por otro lado, sobre la mesa quedan aún varias lagunas, como las dificultades de recarga eléctrica. Otra ley de la UE requerirá que los países cuenten con más puntos de carga y, en este sentido, España tiene que ponerse las pilas. En nuestro país hay actualmente instalados menos de 12.000 puntos de recarga y serían necesarios, según los planes de expansión de la movilidad eléctrica, al menos 340.000 al final de esta década.

En este contexto, muchos fabricantes de automóviles ya han optado por poner fecha de defunción a los motores térmicos en sus gamas. Smart ya se despidió de ellos en 2020. Detrás irán Jaguar (2025), Audi (2026) y Opel (2028), y un grupo nutrido esperará a 2030: Bentley, Cupra, Fiat, Ford, Mercedes, Mini, Peugeot, Renault y Volvo. Las asiáticas Hyundai, Honda y Lexus retrasarán el salto a 2035.

Será a partir de ese año cuando no se comercialicen coches nuevos con motores de combustión. Tras esa fecha, seguirán circulando y se podrán seguir haciendo operaciones de compraventa con modelos con este tipo de propulsores en el mercado de la segunda mano. La UE prohibirá, como ya ha hecho con los coches más antiguos, la entrada a zonas de bajas emisiones en núcleos urbanos cada vez más extensos. También subirán el impuesto de circulación y los precios de los combustibles fósiles.

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