Por el horizonte suenan tambores de guerra y las expectativas para los próximos meses pueden ser todavía peores porque acaba de confirmarse que las instituciones financieras no sólo están subiendo los tipos de interés, sino que también están reduciendo el crédito tanto a las familias como a las empresas. Ya son tres meses en modelo de constricción del crédito, según un informe del Banco de España publicado la pasada semana.
El año 2022 fue un año de muchas variaciones, a pesar de que en diciembre se redujo la deuda de las empresas con la banca nacional y extranjera en 10.931 millones. El saldo neto del ejercicio fue positivo en 5.500 millones. Algo muy similar ocurre con los hogares que vieron reducida su capacidad de financiación en diciembre de 2022 en 10.525 millones, pero el saldo neto todavía fue positivo en 1.000 millones.
En diciembre, tanto la banca española como la extranjera empezaron a apretar las clavijas a las empresas como a los hogares. En estos tres primeros meses de 2023, la banca ha seguido apretando el acelerador para reducir su nivel de riesgo. Tres meses seguidos no es ya un síntoma de enfermedad, es que la banca ha decidido empezar a asegurar su balance y no quiere entrar en situaciones de riesgo. Los hogares y las empresas españolas ya han empezado a usar sus reservas y han quemado 41.000 millones.
La evolución de la financiación
A los hogares les ha tocado amortizar 18.666 millones de euros en estos tres meses. Primero la banca ha apretado en temas generalistas, donde ha conseguido que los hogares amorticen 10.008 millones de euros. La segunda gran reducción ha sido en los préstamos para viviendas y, por último, en préstamos al consumo.
Por otro lado, a las empresas les ha tocado amortizar 24.508 millones de euros. Han tenido que devolver 11.525 millones de euros que tenían en préstamos. En definitiva, la banca se ha saneado en 43.000 millones de euros en un trimestre.
Si la situación continúa así y el crédito no vuelve a fluir, se confirmará que la banca cree que las familias y del tejido empresarial no están preparados para soportar la crisis económica que viene, y enviarña un mensaje claro: no hay recuperación económica.
Si el crédito vuelve a fluir, con unos tipos de interés mucho más altos de los que teníamos, podremos pensar que el movimiento de este trimestre ha sido un simple ajuste de la banca para limpiar sus balances y tener unas mejores ratios de solvencia. Aunque podemos estar también ante un mensaje del Banco Central Europeo llamando a reducir el crédito y, por lo tanto, la masa monetaria en circulación para frenar la inflación, frenando la economía y haciendo que caiga el consumo.
