Queda poco tiempo para que el Tesoro publique la cifra de deuda de la Administración General del Estado a 30 de junio, que nos va a mostrar la realidad de los seis primeros meses del año.
Pero este lunes toca escribir sobre pensiones, porque el Ministerio de Hacienda nos ha informado lo que hemos pagado de pensiones en el mes de junio, que habrá que multiplicar por dos, porque el pasado día 25 se pagaron la mayoría de las pensiones, que en junio son dobles, por aquello de la paga extra de julio, que se pasó a junio para evitar las reminiscencias de donde procedía esta paga.
Los datos que nos envía Hacienda, que han sido elaborados por el Instituto nacional de la Seguridad Social, nos dicen que el pago de las pensiones contributivas en junio ha llegado a 11.997 millones de euros, es decir, nos faltan 3 millones para llegar a la cifra mágica de los 12.000 millones, que, al ser 24.000 millones con la paga extra, que sumados a la extra de los empleados públicos —que es muy parecida a esta— nos va a colocar en un exceso de gasto a la media mensual de 24.000 millones.
Y por si alguien tiene alguna duda, junio no es un mes bueno de recaudación, aunque se produzcan los ingresos de contribuyentes que hacen la declaración, porque como los impuestos por IRPF están muy ajustados, hay que devolver a su vez mucho dinero.
En 2022, con 2.000 millones menos de las dos extras, nos vimos obligados a endeudarnos en 19.000 millones de euros y teniendo en cuenta que los gastos de la Administración estaban presupuestados que subiesen un 12%, no hay ningún indicador que nos diga que no nos vamos a endeudar en otros 19.000 millones, sino es que necesitamos endeudarnos en más.
Las pensiones son uno de los motivos por los que el Estado español tiene que endeudarse, pero desde luego no el único. Otro muy importante es la masa salarial de los empleados públicos que, este año, va a estar en un total muy cercano a los 11.000 millones al mes más dos pagas extras.
Como la democracia va a triunfar, sean los actuales gobernantes o los nuevos, se van a encontrar con un importante y acuciante problema, que estamos muy lejos de converger con lo que la Unión Europea nos va a obligar. En junio del 2024 hay elecciones europeas y la presidente de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen está descontada, pero la UE sabe que, o pone raciocinio y obliga a todos los países a las dos reglas de la convergencia, o la UE puede explotar por el camino. Las dos reglas son 3% de déficit máximo y 60% de deuda sobre el PIB.
El último informe del Banco de España da para este año un déficit del 3,8%, pero en un solo trimestre lo incrementa en un 0,3%, así que cuando empiecen a aflorar facturas escondidas ese déficit se va a convertir en lugar de un 3,8% en un 4,8% igual que el año pasado, y en lugar de un 3,4% que dice el Banco de España para 2024, en un 4,4%, y el 4% del 2025 que planifica el BE, en un 5%, para arreglar solo las miserias ocultas por el actual Gobierno.
Así que, gane el que gane, tendrá que arreglar el problema antes de que explote. La solución fácil pasa por quitarle dos pagas a pensionistas y a empleados públicos y luego ponerse a recortar por todos los sitios, incluidas las autonomías, con Cataluña a la cabeza, que tendrá que quitar otros 20.000 millones de euros.
