La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha hecho una «apuesta clara por la industria española de defensa» como «motor dentro de la Unión Europea» y para reactivar la economía en estos momentos de crisis, ya que supone una inversión en tecnología e innovación, a la par que crea puestos de trabajo.
En su primera comparecencia ante la Comisión de Defensa del Senado este viernes, Robles ha explicado su programa al frente del Ministerio y las acciones de las Fuerzas Armadas en la Operación Balmis de lucha contra el coronavirus, que ha cifrado en 20.000 actuaciones, centradas en un 60 % en el apoyo a las residencias de mayores.
Robles ha establecido como una de sus prioridades la inversión en industria de la defensa, que no solo afecta a este ámbito sino a otros como el tecnológico y que supone la creación de puestos de trabajo cualificados.
«Tenemos que hacer una apuesta clara por la industria española de defensa, que sea un motor dentro de la industria de Europa», ha dicho la ministra, para quien impulsar este sector es «esencial» tras la crisis del coronavirus.
Se ha referido a la participación de España con Alemania y Francia en el proyecto del nuevo avión de combate europeo, así como al contrato de 2.100 millones de euros para construir en 11 años 348 blindados para el Ejército de Tierra, que creará 600 puestos de trabajo directos y otros 1.600 indirectos, un «alivio» para comarcas de Asturias, Sevilla y País Vasco.
Robles también ha apostado por fortalecer la posición de España en el sistema de seguridad internacional, porque no puede ser ajena «a lo que pasa a pocos miles de kilómetros».
«Cada vez que haya una violación de los derechos humanos en algún lugar, cada vez que hay una guerra, España no puede ni debe ponerse de perfil», ha asegurado para recordar a los 188 militares fallecidos en misiones de paz.
Sobre Balmis, ha destacado la «deuda de gratitud» con los militares que han participado en una operación que ha tenido como «único objetivo salvar vidas» y en la que no se ha hecho política.
Según sus datos, los militares han realizado hasta la fecha casi 20.000 actuaciones en 2.250 poblaciones, «desde grandes ciudades hasta el pueblo más pequeño».
El 60 % de ellas fueron de desinfección de residencias de ancianos, donde la covid-19 tuvo un efecto «terrible». «No podemos ponernos de perfil», ha opinado sobre este problema, porque «esta es una sociedad que vive el día a día y se olvida de nuestros mayores».
Para Robles, los «esfuerzos más duros» fueron el traslado de pacientes y de fallecidos. «Gente que murió sola y gente que no pudo estar con sus familias», a la que los militares ayudaron «desde el respeto y el cariño».
Desde el inicio de la pandemia, ha informado, 9.621 militares han estado en cuarentena y 882 han dado positivo a la covid-19, de los cuales 150 han necesitado ser hospitalizados.
Preguntada por los atletas que tuvieron síntomas compatibles con la covid-19 en los Juegos Mundiales Militares de Wuhan de octubre de 2019, ha prometido «máxima transparencia» sobre este asunto y recordado que en los últimos días se les ha ofrecido a todos ellos hacerse test de anticuerpos.
Y respecto a una posible ampliación de las bases estadounidenses de Rota y Morón, ha dicho que Estados Unidos no ha hecho «ninguna petición formal de ampliación» y que desde ellas no se ha producido «ningún tipo de actuación en relación con Irán».
Por parte de los grupos, el senador Rodrigo Mediavilla, del PP, ha criticado el desconocimiento por parte del Gobierno del número de afectados militares desplegados en primera línea, y Yolanda Merelo, de Vox, ha incidido en que a las Fuerzas Armadas hay que recordarlas en «todo momento» y no solo durante la pandemia.
Xisco Alegre, de Ciudadanos, ha ofrecido a Robles la «mano tendida» en una crisis que, a su juicio, requiere acuerdos y sentido de Estado, y por parte de la Izquierda Confederal María Pilar González Modino ha destacado que «nadie puede patrimonializar a las Fuerzas Armadas» cuando está detectando un «intento de apropiación» de las mismas.
