«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
3 de abril de 2023

Feijoo falta al respeto a Calvo-Sotelo

En su táctica de precipitar al Partido Popular por el barranco de la socialdemocracia para recoger los votos que el PSOE pueda ir arrojando tras de sí, Feijoo alardea, de tarde en tarde, de haber votado a Felipe González.

Fardó Feijoo de ello en el Congreso del PP en Sevilla que lo aclamó hace un año como presidente. Lo confirmó más tarde en una entrevista en televisión e insistió en declararse ex votante socialista este pasado fin de semana en un acto de precampaña en Zaragoza. Con la diferencia de que, esta vez, Feijoo fue un paso más allá y justificó su voto con la afirmación de que «en el 82 era necesario un cambio para consolidar la democracia con Felipe González», basando ese cambio en «la higiene y la importancia que para las instituciones, la Constitución y la concordia» tuvo la llegada al poder del PSOE. Todo lo anterior, para afirmar que vivimos momentos parecidos en los que es necesario un cambio.

La comparación implícita, pero a la vez, explícita, que hace Feijoo entre el último Gobierno de Leopoldo Calvo-Sotelo y el actual de Pedro Sánchez, es demencial, falta al rigor histórico y nos da la medida de lo que es capaz de decir el presidente del PP por un plato de poder.

Por lo que vemos y escuchamos, Feijoo es capaz hasta de encumbrar como «higiénico» aquel primer Gobierno socialista que él votó y que aniquiló la separación de poderes, politizó la Justicia, institucionalizó la impunidad de la corrupción socialista, organizó un grupo terrorista parapolicial que alimentó el relato que legitimaba la «lucha armada» prolongando así el final de la banda asesina; convirtió al socialismo español en un partido de culto al líder, mutó el estado de las autonomías en un estado seudofederal que alimentó el victimismo del separatismo, destruyo millones de empleos, estimuló el caciquismo y la ineficiencia de las autonomías, y cocinó el plato estrella del socialismo: la creación de las redes clientelares.

Eso es lo que hizo González con el voto «higiénico» de Feijoo en octubre del 82 del que hoy alardea el presidente del PP. Con el apoyo de Feijoo, Felipe sentó las bases del proyecto socialista de desconstrucción de la nación histórica y de ruptura del hilo constitucional con el asalto a las instituciones y el asesinato de Montesquieu. Unas bases que permitieron a Zapatero avanzar en el proyecto y a Sánchez, al ritmo que va y que Feijoo estimula con su dejadez, culminarlo.

Nadie, y mucho menos un líder del Partido Popular, debería alardear de haber votado a un mal presidente como González, pero lo que jamás debería hacer un presidente del PP es sostener que, por higiene, hubo que votarlo.

Cuídese mucho Feijoo de volver a comparar a un gigante intelectual como Leopoldo Calvo-Sotelo con Pedro Sánchez, no sea que alguien en el PP con mínimos conocimientos de Historia de España empiece a sospechar que han metido al enemigo en Génova.

Don Leopoldo Calvo-Sotelo y su Presidencia, limitada por la descomposición de un partido como la UCD que jamás pudo controlar, merecen respeto. En uno de los momentos más críticos para la nación, Calvo-Sotelo entregó al PSOE una España mejor que la que había heredado tras la renuncia de Adolfo Suárez. En poco más de un año y medio, Calvo-Sotelo, con un sentido reflexivo del Estado como no ha habido otro en la historia de la democracia española y con la libertad del pato cojo que conoce y acepta su destino, tomó decisiones generosas y valientes, también impopulares, que sentaron las bases del atlantismo español y que anularon cualquier tentación aislacionista.

Su mandato, porque tuvo mando y lo ejerció, fue tenaz y, sobre todo, limpio. Tan limpio, que sin duda para don Leopoldo sería una sorpresa saber que el hoy líder de los herederos de aquella pequeña Coalición Democrática que luego fue AP y luego, PP, alardea hoy de haber votado a González para echarle a él «por higiene» y «para consolidar la democracia». Sin duda, sería una desagradable sorpresa. Incluso para un presidente que sufrió tantas deslealtades como don Leopoldo, que en paz descanse.

Noticias de España

.
Fondo newsletter