«Ingenuidad política bastante intensa» son las palabras exactas con las que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha rechazado la propuesta de Vox de una moción de censura con un candidato neutral que convoque elecciones generales inmediatas.
Aceptemos que el señor Feijóo no conoce el significado exacto de la palabra ingenuidad, que es característica de las personas sin malicia —ojalá hubiera en España más políticos ingenuos—, y deduzcamos por el contenido general de las respuestas del presidente del PP en la entrevista en el diario El Mundo, que lo que quiso decir es que es una propuesta leve e irreflexiva, acaso infantil, alejada por lo tanto de esa política para adultos (con reparos) que [ojo, ironía] tan bien, pero que tan, tan, bien, le ha funcionado a los habitantes de Génova, 13 [fin de la ironía].
Es llamativo que hable de ingenuidad el presidente de un partido como el PP que ha permitido, por acción, omisión, y a veces hasta por corrupción, que se consoliden todas las leyes ideológicas puestas en marcha por el socialismo desde 1982, que alimentó el poder creciente de los nacionalistas catalanes con cesiones y pactos del Majestic; que aceptó y hasta defendió inmersiones lingüísticas que desde hace tanto vulneran el derecho de los españoles a estudiar en su propia lengua; que nos endeudó hasta límites insostenibles, que consagró antenicidios y procuró con su más que errática política de medios de comunicación que el poder político de la izquierda se hiciera con la mayoría de los resortes de la opinión pública. Ingenuidad, por no decir otra cosa, quizá fue pensar que vaciar de presupuesto la ley de memoria histórica era suficiente. Ingenuidad, como sinónimo inexacto de infantilismo, pudo ser creer que no lo harían los mismos que mañana, derogado el delito de sedición y rebajado el de malversación, lo volverán a hacer y esta vez no necesitarán esconderse en el maletero de un auto para huir por una frontera sin vigilancia…
Ingenuidad, sin duda, es pensar que Sánchez va a terminar con el sanchismo porque el líder de la oposición lo pida en una entrevista en un periódico.
Hay tantos ejemplos que nos pasaríamos la vida entera, unos 40 años, describiendo una a una todas las veces que el PP ha hecho gala de una ingenuidad política bastante intensa... Pero donde no vemos ingenuidad alguna es en la acción de presentar mañana, mejor que pasado, una moción de censura unitaria con un candidato pactado y neutral que como único punto de su programa de Gobierno llame a los españoles a las urnas de manera inmediata.
Es cierto que las posibilidades de éxito son escasas, pero donde no hay ninguna, cero absoluto, es en la imperturbabilidad casi ociosa de un líder como el señor Feijóo que se niega a encabezar una gran protesta nacional, en la calle en forma de manifestación y en el Congreso de los Diputados en forma de moción de censura, en contra del golpe institucional que está ejecutando un autócrata sin legitimidad.
Protestar a golpe de tuit y de entrevista cuando quedan pocos días para que culmine el asalto a lo poco que queda de independencia en la Justicia y a la defensa de la unidad de España en nuestro Código Penal, sí que es de una levedad terrible.
Reflexione el señor Feijóo, y a ser posible escuche a los militantes de base del PP, sobre la necesidad de trasladar con una moción de censura desde la Tribuna del Congreso al conjunto de la sociedad, a Europa y al mundo entero, la gravedad del momento que vive España. Reflexione, rectifique y lidere.
