«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
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31 de mayo de 2023

La propiedad asociativa

Imagn de archivo del presidente brasileño Lula da Silva junto al expresidente español Felipe González (Marta Fernández / Europa Press)

La intención del presidente brasileño, Lula da Silva, de blanquear la dictadura chavista venezolana asegurando que «su autoritarismo (sic) es un narrativa construida», tuvo una cumplida respuesta por parte del expresidente español Felipe González, quien durante la presentación de un extenso informe del Instituto Casla sobre vulneración de derechos humanos en Venezuela, aseguró que «nunca participaré en una operación de blanqueo de la ‘robolución’ de Maduro».

El problema es que no es verdad. Felipe González sí que ha participado en esa operación y de una manera decisiva: blanqueando a Lula da Silva para que este pueda ahora blanquear a Maduro.

No necesitamos irnos a la hemeroteca para encontrar en nuestra memoria todas las veces que Felipe González ha confirmado su amistad con Lula da Silva, lo ha alabado hasta la extenuación y hasta ha bendecido su vuelta a la política tras sus crímenes de corrupción que fueron exonerados de aquella manera en una maniobra político-judicial vergonzosa y un triunfo electoral bajo sospecha.

Blanquear como «socialdemócrata» a Lula, el jefe del Foro de Sao Paulo y del Grupo de Puebla, esa reunión de dictadores, narcoterroristas y socialistas iberoamericanos que bajo la tutela del castrismo tanto daño ha hecho a la causa de la libertad en la Iberosfera, es participar en la operación de blanqueo activo de Maduro y de la dictadura chavista. Por simple propiedad asociativa, que no sólo funciona en matemáticas, sino desde luego en política, el socialismo español es culpable de asociación ilícita con fines totalitarios. Que el expresidente socialista Rodríguez Zapatero, sucesor de González, sea uno de los máximos valedores de la dictadura venezolana desde su puesto bien pagao en el Grupo de Puebla, sólo lo confirma.

Por supuesto, no quitamos ni una coma de lo expresado ayer por Felipe González en la presentación de el informe del Instituto Casla que el socialismo iberoamericano deberían leer con urgencia.

Sólo señalamos, por consiguiente, la notable hipocresía —una más— que supone lavar la cara de un delincuente convicto como Lula y luego «dolerse» de que ese mismo delincuente encale el sepulcro de la libertad venezolana que ha construido la tiranía chavista.

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