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EDITORIAL
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15 de junio de 2022

Un Gobierno sin luces

La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra socialista de Transición Ecológica, Teresa Ribera. Europa Press

Al margen de ideologías, o precisamente porque sólo saben gobernar desde ellas, este Gobierno ha heredado lo peor de la centenaria tradición de incompetencia de la izquierda española.

No es una novedad que el precio de la electricidad sea más caro hoy que ayer pero menos que mañana. Eso pasa cuando una coyuntura de crisis zarandea a una nación cuyo Gobierno ha abandonado cualquier proyecto de soberanía energética por la sumisión a la nueva religión climática.

Lo que tampoco es una novedad es que las promesas de Sánchez de que el Gobierno rebajaría sustancialmente el precio de la electricidad con una medida de excepción ibérica para poner un tope al precio del gas, han vuelto a ser humo. Humo incompetente que se junta con el espejismo diario de la rebaja subvencionada del precio del combustible —en máximos históricos y subiendo hasta no sabemos dónde—, que sólo consigue llenar las arcas del Estado y vaciar los bolsillos de los españoles. No hace falta, a estas alturas, recordar que cada subvención que sale de la abultada cartera de Pedro Sánchez, procede del dinero de nuestros impuestos.

Y es ahí, en los impuestos, donde un Gobierno competente debe dar la batalla para tratar de limitar los efectos de una inflación desbocada. Sabemos que competencia y socialismo son antónimos, pero aun así, es incomprensible que el plan de reducción de los precios de la electricidad sea un mecanismo de una extraordinaria complejidad en un mercado mayorista ya de por sí dificilísimo que depende de variables que no se pueden controlar, como, por ejemplo, el tiempo atmosférico, y de otros que el Gobierno ni siquiera tiene en cuenta, como, por ejemplo, las necesidades de consumo eléctrico de otros países de la Unión Europea, los precios de compensación o el aumento despiadado de la demanda por aquella increíble conjunción planetaria de que cuanto más nos acercamos al verano, más calor hace.

A estas alturas, y como ya hemos dicho en otros editoriales, las soluciones tardías en momentos de estanflación no son fáciles y no aseguran el éxito, pero que el Gobierno se niegue a poner en marcha una reducción drástica de impuestos a los consumidores es un error de primero de Economía, incluso un error para alguien que haya recibido apenas un par de clases de economía en dos tardes, que parece el caso de todos los presidentes socialistas que hemos padecido, incluido el doctor (?) Sánchez.

Si los ministros de este Gobierno, con la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, en primer lugar, fueran los directivos de una multinacional, hace tiempo que habrían recibido todos la carta de despido procedente sin indemnización y con las peores referencias. Una vez, hace ya un año y medio, Vox lo intentó con una moción de censura en la que se quedó solo. Hoy, con el precio de la luz más caro que ayer a pesar de la prometida excepción ibérica, es una buen día para recordar quién tenía razón y quién permitió con su inacción que nos siga gobernando este Gobierno sin luces, recua de inútiles. Disfruten lo votado.

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