«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
6 de febrero de 2023

Voto Ăștil o voto inĂștil

El expresidente del Gobierno Mariano Rajoy; el presidente del Partido Popular, Alberto NĂșñez FeijĂło; y el expresidente del Gobierno JosĂ© MarĂ­a Aznar aplauden durante la clausura de la 26 Intermunicipal del Partido Popular (Jorge Gil /EP)

Los medios cercanos al PP saludaron ayer la foto conjunta de los ex presidentes JosĂ© MarĂ­a Aznar y Mariano Rajoy junto al actual lĂ­der del PP, Alberto NĂșñez FeijĂło, en la intermunicipal popular celebrada en Valencia como una reivindicaciĂłn del voto Ăștil a las posiciones de centro moderado. Nada nuevo bajo el sol.

Desde la destrucciĂłn de la UCD, la llamada al voto Ăștil ha sido una constante electoral en la formaciĂłn fundada por Manuel Fraga, olvidado hoy por sus deudos polĂ­ticos en el centenario de su nacimiento. El asunto es saber quĂ© utilidad real ha tenido el voto al PP en estas cuatro dĂ©cadas. No nos referimos a la utilidad para el propio PP y su notable red de poder. Esa es evidente. Lo que debemos analizar con honradez es la utilidad para las personas que votaron al PP por convicciĂłn o acaso por simpatĂ­a por el mal menor. Ese anĂĄlisis obligado merece que cada español se haga las preguntas adecuadas sobre lo que quiso de ese partido cuando lo votĂł y lo que recibiĂł a cambio.

Nosotros podemos hacer las preguntas pertinentes —¿somos más libres hoy, tanto de pensamiento como de obra, que en los ochenta?—, pero las respuestas pertenecen a la esfera íntima de la conciencia de los lectores.

PreguntĂ©monos si dimos al PP nuestros votos para que las instituciones promovieran el respeto a la vida y aliviaran el invierno demogrĂĄfico que sufrimos. O si los votamos para que cualquier español tuviera el derecho de usar la lengua comĂșn en cualquier rincĂłn de España sin traba alguna. PreguntĂ©monos si alguna vez votamos al PP para defender nuestras fronteras, que es lo mismo que defender nuestra identidad y nuestra soberanĂ­a. ÂżVotamos alguna vez al PP para que cesara la manipulaciĂłn de nuestra Historia y exigiera respeto por la libertad de pensamiento, de investigaciĂłn y de expresiĂłn? ÂżEntregamos nuestros votos al Partido Popular para que respaldara el derecho constitucional de los padres a elegir la educaciĂłn de sus hijos? MĂĄs aun: preguntĂ©monos si los votamos para evitar que nadie pueda adoctrinarlos sin nuestro permiso.

¿Gracias a la acción del PP son los gobiernos de determinadas regiones mås leales que hace cuatro décadas a España? ¿Estå el dinero de nuestros impuestos bien gestionado? ¿Ha descendido la presión fiscal y tenemos mås capacidad de ahorro? ¿Creímos que el PP pondría la soberanía energética de España en el centro de su gestión? Comprar una vivienda, que es parte esencial de la identidad española, ¿es mås fåcil hoy? ¿Son los barrios de nuestras ciudades mås seguros? ¿Ha conseguido el PP que los sindicatos cumplan con su función constitucional? ¿Los votamos para oponerse a las leyes ideológicas positivistas que alteran el derecho natural y la verdad científica? ¿Confiamos nuestro voto a un partido como el PP con el mandato de que fuera íntegro a carta cabal a diferencia del socialismo corrupto? ¿Ha servido el voto al PP para acabar con el plan socialista de desconstrucción de la España constitucional surgida de la Transición?

PodrĂ­amos seguir hasta el alba escribiendo sin demasiado esfuerzo preguntas que merecen una reflexiĂłn personal sincera y una respuesta honrada. Pero la pregunta final serĂĄ una sola: Âżha sido Ăștil mi voto al Partido Popular? Si lo ha sido, si ha cumplido con sus expectativas, enhorabuena y disfrute de lo votado. Si no es asĂ­, y en aplicaciĂłn del mĂ©todo empĂ­rico, desconfĂ­e de que alguna vez lo sea.

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