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ENTREVISTA AL EXCANDIDATO PRESIDENCIAL CHILENO

José Antonio Kast: «El próximo Gobierno de Chile será de derecha de verdad»

Entrevista a José Antonio Kast. La Gaceta de la Iberosfera

El excandidato presidencial chileno José Antonio Kast trabaja por la libertad, la seguridad y la defensa del Estado de Derecho en Chile tras la llegada al poder de Gabriel Boric, hoy debilitado y con una caída de aprobación sin precedentes tras perder el plebiscito de salida del proyecto de constitución izquierdista.

En la entrevista, Kast asegura el próximo Gobierno de Chile será de «derecha de verdad», cree que en los comicios en Brasil «ha habido fraude» a favor de Lula y celebra la fuerza de la sociedad civil provida para lograr el hito histórico de la derogación de la doctrina Roe vs Wade en Estados Unidos.

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Hoy casi dos de cada tres chilenos desaprueban a Gabriel Boric, según la última encuesta de la empresa de investigación Cadem. Otras encuestadoras sitúan esta desaprobación en más del 70%. ¿En qué ha cambiado Chile desde que Boric asumió la presidencia?

Es lamentable decirlo, pero Chile ha decaído en progreso, en calidad de vida… desde que asumió Gabriel Boric. Él además fue el jefe de campaña de la propuesta de nueva Constitución, y eso la ciudadanía chilena lo rechazó. Es el presidente que ha bajado más rápido en todas las encuestas de opinión pública en la historia de la Presidencia en Chile. Hoy está bordeando entre el 25 y 30% de adhesión, siendo electo con un 55. Y esto es malo para Chile, porque es un presidente muy debilitado que insiste en proyectos de corte ideológico. Hay una ideología marxista que quiere llevar a la práctica un modelo económico fracasado y él insiste en eso planteando una reforma tributaria, subiendo los impuestos, que está demostrado en el mundo que no es la fórmula para enfrentar la situación.

Hay un debate en Chile entre los que insisten en la necesidad de un nuevo proyecto de Constitución y los que, como usted, señalan que las urgencias están en la seguridad y en la economía. ¿Cómo vislumbra las próximas semanas?

Las próximas semanas serán complejas. El Gobierno fue derrotado, Gabriel Boric fue derrotado… pero algunos partidos políticos de derecha tradicional han planteado que se requiere una nueva convención para una nueva Constitución. Nosotros creemos que es un error.

¿Por qué cree que desde la derecha tradicional se insiste en el «consenso» con la izquierda?

La derecha tradicional debería acoger el llamado de la ciudadanía, no seguir insistiendo en un tema exclusivamente político y abordar lo que hoy es más grave en Chile, que es la falta de seguridad y el problema económico que tenemos. Ellos han seguido avanzando en una mesa de conversaciones con el Partido Comunista y con la izquierda más moderada. Dicen que van a llegar a un acuerdo, pero llevan casi dos meses y no lo han logrado. Nosotros tenemos la esperanza de que reconozcan que la labor de modificar la Constitución debe hacerla el Congreso que fue electo hace un año, es su función.

Usted ganó la primera vuelta presidencial del año pasado, en la segunda logró el 44% de los votos y ha repetido en ocasiones que hicieron todo lo que pudieron. Con el paso del tiempo… ¿cambiaría algo de lo que hizo en la campaña de la segunda vuelta de 2021?

Uno siempre puede hacer las cosas mejor, puede empeñarse con más fuerza, ponerle más mística o incorporar más personas. Pero si miramos lo que ocurría a principios del año 2021, donde la derecha en general, la tradicional y la derecha más clara, que somos nosotros, estaba en el piso… Nadie habría pensado que íbamos a lograr el 44% de los votos en segunda vuelta y menos que íbamos a empatar el Congreso y el Senado. El objetivo que nos pusimos al inicio, que era obtener tres millones y medio de votos, que era lo mismo que obtuvo Sebastián Piñera para ser presidente y lo mismo que obtuvo Michelle Bachelet para ser presidenta, lo cumplimos… y eso nos dejó una sensación de satisfacción a pesar de la derrota presidencial. Sí logramos un triunfo en lo parlamentario y en el reposicionamiento de nuestras ideas. Estamos convencidos de que el próximo Gobierno sí va a ser de derecha y de derecha de verdad.

Tras la segunda vuelta en Brasil, pidió a través de Twitter que hubiera transparencia. ¿Cree que hubo fraude en las pasadas elecciones en Brasil?

A nivel personal, estoy convencido de que la elección tuvo fraude. ¿Por qué lo digo? Porque hay estudios objetivos que muestran las distintas máquinas electorales, algunas más modernas, otras más antiguas, las modernas están acreditadas y en esas se ve una votación muy pareja entre Lula y Bolsonaro. En las antiguas, que no tienen una acreditación, hay una disparidad a favor de Lula. Eso, en la misma ciudad, en dos recintos electorales cercanos, donde vota la misma gente. Por lo tanto, el sentido común dice aquí hay algo extraño. Y lo que es un hecho es que el presidente del Tribunal Electoral y la Corte Suprema tienen una línea política determinada que es de izquierda, por lo tanto creo que sí hay fraude. Pero es muy difícil que la Justicia electoral lo reconozca. Por la fuerza de los hechos lo más probable es que Lula termine asumiendo. Pero diría que en la fuerza de la verdad, la fuerza de la calle… está con Bolsonaro. No he visto a Lula en las calles desde que triunfó, sí he visto manifestaciones masivas de personas que quieren transparencia.

¿Qué se ha hecho mal desde el sector conservador para que la izquierda esté logrando tantos gobiernos en Iberoamérica?

Hay tres países donde las similitudes son evidentes: Argentina, con la presidencia de Macri; Chile, con la presidencia de Sebastián Piñera; y Colombia, con la presidencia de Duque. Los tres salen electos por votación de derecha, pero gobiernan como socialdemócratas que tienen una raíz más bien cercana al socialismo y van entregando las banderas. La ciudadanía, al final, dice bueno, si tengo que elegir entre el original y la copia, me quedo con el original. Si elijo derechas, es para que me aseguren seguridad, estabilidad económica, trabajo, libertad de conciencia… Y en estos tres países eso no se dio. Creo que Perú es una situación distinta, porque la corrupción ha dañado mucho la política transversalmente. Y en Brasil también es distinto, porque influyó mucho la politización de la justicia. La Corte Suprema se transformó en el gran elector, liberó a Lula de la cárcel y le instaló como candidato.

¿Cómo ve el futuro en la Iberosfera?

Soy un hombre optimista y tengo la esperanza de que en Argentina, en Perú, en Brasil y en Chile prime el sentido común. Estoy más preocupado por Colombia (…). Veo que podrían modificar temas de justicia electoral, como ha hecho México, y eso es una señal de que la izquierda llega a instalarse y no se va, como ocurre en Venezuela y como ha ocurrido en Nicaragua.

¿Cómo ve al movimiento provida tras el triunfo que significó la derogación de Roe vs Wade en EEUU?

Tenemos que agradecerle a aquellas personas que no han claudicado en la defensa de la vida en Estados Unidos y que han permitido a que se establezca la razón y la objetividad, que es que hay vida desde la concepción, el resto es una invención. Y ahí un reconocimiento a la sociedad civil, porque es la que ha mantenido a los representantes políticos -provida- con la fuerza necesaria. Y eso es algo que se echa de menos tanto en Chile como en España. Creo que -en estos países- la sociedad civil tiene que fortalecerse, pero en base a la unidad. Es lo que han logrado en Estados Unidos y es un ejemplo a seguir para nosotros en otras naciones.

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