«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Abascal: El tesón contra la sinrazón. Por Verdades Ofenden

«Para el cobarde no hay vida. Para el héroe no hay muerte».

No hace falta retroceder demasiado en el tiempo para encontrar y entender ejemplos de vida que señalan con claridad el único camino transitable en la vida, no importa tu condición familiar o social.
Me refiero a la única actitud que permitió a la humanidad alcanzar la legitima ambición hacia la conquista del progreso humano; la defensa de la libertad.
Esa defensa lleva implícita siempre una bandera, la de la verdad. Y en esa aventura vital no caben medias tintas, templanzas ni ambigüedades, que devienen tarde o temprano en apaciguamiento ante cobardes cuya única virtud es buscar aliento en la coacción a tu voluntad y tu paz desde su abuso.
Esa batalla vital es en la que un Abascal educo a sus hijos, cuando la patética paranoia Aranista, esa anti historia enfermiza de un racista machista que acabo retractado, pintaba su odio en sus caballos con anagrama de la serpiente asesina comunista de ETA, amenazando su vida y su paz por ser españoles en su casa, las tierras vascas, doblemente España.
El terrorismo busca convertir en debilidades nuestros principios. Y siempre hay un tonto útil y miles de cobardes dispuestos a hacerle el juego. Abascal jamás cayó en el engaño ni en el desaliento. Y de esa fuente de ejemplo vital muchos bebimos ayer y aún bebemos hoy.
Se ha ido el mayor de una saga intachable, sembrada de ejemplos vitales dados con paso firme en su tierra, vascongadas, ese maravilloso trozo de España, donde pisoteaba por derecho y sin miedo, solo con la verdad, la bajeza moral de la cobardía nazionalista y su intolerancia.
Nos deja a sus hijos, a quienes enseño a caminar con sencillez de españoles viejos el paso firme y joven de andares que dejan huella perenne, también hoy, marcadas en el ayer de apellidos de sus paisanos Ordóñez o Lezos, Vascos de Gama o Elcanos, sus iguales por ser vascos, esos que nacen hidalgos.
«Para el cobarde no hay vida. Para el héroe no hay muerte».
Jamás se van, Santiago.
Mi abrazo.

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