Víctor de Aldama, empresario que ha puesto contra la espada y la pared al Gobierno de Sánchez por su presunta corrupción, irrumpió este miércoles de forma inesperada en la comparecencia pública de Leire Díez para acusarla abiertamente de haberle amenazado y exigirle explicaciones sobre «lo que tiene contra él». La situación, que rápidamente escaló en tensión, acabó en un forcejeo con el abogado Javier Pérez-Dolset, presente junto a Díez, y en un tenso cierre de acto que ha generado gran revuelo mediático.
Según fuentes cercanas al empresario, recogidas por Onda Cero, Aldama lleva días recibiendo mensajes intimidatorios que pretenden disuadirle de seguir colaborando con la justicia. Aunque no se ha podido confirmar que esos mensajes procedan directamente de Leire Díez, el empresario sospecha que están relacionados con su implicación como testigo clave en varias tramas de corrupción vinculadas al entorno gubernamental.
La escena se produjo al término de la rueda de prensa que ofrecía la exmilitante socialista, quien optó por abandonar la sala sin responder a las acusaciones de Aldama. El empresario, visiblemente alterado, intentó seguirla entre los asistentes, intercambiando gritos y descalificaciones con algunos presentes, hasta que se produjo un encontronazo físico con Pérez-Dolset. Testigos aseguran que hubo empujones y momentos de tensión antes de que Díez se refugiara en una sala adyacente.
Minutos más tarde, Aldama se dirigió a los medios de comunicación que seguían el evento y arremetió duramente contra el Ejecutivo, calificando lo ocurrido como «una pantomima de los sinvergüenzas del Gobierno» y preguntando en tono desafiante a los periodistas: «¿Ustedes amenazan a un teniente coronel de la Guardia Civil como hacen conmigo?».
Además, en una intervención telefónica en directo en el programa Espejo Público, el empresario fue más allá y aseguró que Leire Díez habría llegado a lanzar amenazas de muerte tanto contra él como contra el coronel Balas, otro nombre que aparece vinculado a los audios recientemente filtrados.
Aldama explicó que se presentó en la comparecencia con el único objetivo de obtener respuestas: «Quería que me dijera qué le he hecho yo, qué tiene contra mí para querer silenciarme, o por qué desea que esté bajo tierra», declaró con contundencia.
La escena deja aún más enrarecido el clima político en torno al llamado «caso Leire Díez», en el que siguen apareciendo ramificaciones que apuntan hacia figuras cercanas al PSOE y a su posible implicación en redes de presión institucional. La reacción de Aldama, aunque polémica, refleja la creciente tensión que rodea al escándalo, que ya está teniendo impacto en el plano judicial y mediático.
