El primer ministro de Portugal, Luís Montenegro, no tardó en dirigirse a la ciudadanía una vez recibió las primeras informaciones sobre el apagón que afectó a la península ibérica. En declaraciones a los medios, Montenegro aseguró «que el origen no fue en Portugal; contamos con una interconexión con España, y todo indica que la situación se desencadenó allí. Sin embargo, no quiero especular».
Montenegro aseguró que mantendría informada a la población a medida que se clarificaran los hechos, especialmente cuando España proporcionara más detalles que permitieran comprender mejor lo sucedido. Durante el resto de la jornada, se mantuvo activo en la comunicación. Al mismo tiempo, indicó que los servicios de inteligencia de Portugal estaban investigando el incidente, sin descartar ninguna hipótesis.
Mientras tanto, desde España, el presidente Pedro Sánchez permanecía en silencio. Cuando finalmente se dirigió al país, no ofreció explicaciones claras sobre el origen del apagón. En contraste, Montenegro transmitía un mensaje de serenidad, reconocía que se trataba de una situación «incómoda», pero insistía en que no había motivos para alarmarse ni para alterar la rutina diaria. En sus palabras: no era momento para aprovechar la coyuntura y sembrar el caos.
Por su parte, el ministro de Defensa Nacional de Portugal, Nuno Melo, también hizo un llamamiento a la calma. Desde Coimbra, en el centro del país, pidió a la ciudadanía mantener la tranquilidad: «Sabemos que esta falta de energía ha afectado a varios países. Desconocemos aún las causas, pero lo importante ahora es mantener la calma», declaró a los medios. En este contexto, la jornada en Portugal estuvo marcada por la transparencia y la rapidez de respuesta de su gobierno. En contraste, en España se vivía una situación muy distinta.
