«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Así son los furgones de la Guardia Civil que trasladan a los presos

Los vehículos tienen un sistema de climatización que permite mantener una temperatura entre 18º y 28º en sus distintos habitáculos.


La tasa de encarcelamiento en España está un 30% por encima de la media europea y en las cárceles españoles hay el doble de presos que en países del norte de Europa, por ejemplo.
Pese a ésto, de los 76.079 presos que había en nuestro país al finalizar el año 2009, fecha en que la población penitenciaria alcanzó su máximo histórico, se ha pasado a 61.614 -al cierre del 2015-, según un informe de Acaip. El 29% son extranjeros.
Las condiciones han cambiado en los últimos años. Cabe señalar que la arquitectura penitenciara en España está avanzada y todas las prisiones que se han ido construyendo desde los años 90 tienen piscina y celdas con ducha y aseo.  
También han mejorado los vehículos que trasladan a los presos de la prisión al juzgado.
La novedad en los últimos años es que para trayectos largos incorporan un aseo de «dimensiones adecuadas, con una mirilla, dotado de extractor-ventilador y desprovisto de aristas y elementos cortantes».
Los vehículos también tienen un sistema de climatización que permite mantener una temperatura entre 18º y 28º en sus distintos habitáculos. Estos tienen un alumbrado suficiente que permite ver todo el interior, aunque también se garantiza que no hay deslumbramientos. Además, está protegido para que el detenido o encarcelado no se pueda ‘autoagredir’. El compartimento de los presos está separado del de conducción mediante una estructura -con puerta- construida con materiales anti-vandálicos transparentes para que permitan la visualización.
Hay más medidas. Los habitáculos están dotados de un asiento de material lavable y de cámaras de vídeo vigilancia para controlar en todo momento al preso. Las ventanas -dos- son laterales, oscuras para dificultar la identificación visual desde el exterior y tienen una dimensión máxima que hace imposible que pase una persona.
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Falta de personal en las cárceles españolas pese a su masificación

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