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El registro de jornada entra en vigor el próximo domingo 12 de mayo y obligará a las empresas a registrar la jornada de sus trabajadores de forma diaria utilizando los medios que considere y, siempre que se pueda, negociando su aplicación con los representantes de los trabajadores.
Dos meses después de la aprobación del real decreto ley que amplía la protección social y establece incentivos a la empleabilidad, estas son las claves a tener en cuenta sobre la aplicación del registro de jornada:
El registro de jornada debe incluir el horario concreto de inicio y finalización de la jornada de trabajo de cada trabajador.
Para registrar la jornada real de los trabajadores y controlar así los excesos de jornada.
El modo en el que se aplique este registro de jornada debe ser negociado con los representantes de los trabajadores o, en su defecto, mediante decisión del empresario.
Aunque la normativa no lo detalla, patronal y sindicatos analizan distintas fórmulas, que van desde la forma manual (documento Excel) a la telemática o digital, por ejemplo, con sistemas de rastreo o de reconocimiento de parámetros biométricos (huella dactilar, facial, iris…), pero siempre respetando la Ley de Protección de Datos, dice la patronal.
Las empresas deberán conservar los registros durante cuatro años.
El registro deberá estar disponible para cada trabajador (cada uno el suyo), sus representantes sindicales y la Inspección de Trabajo y Seguridad Social.
No tener registro de jornada es motivo de infracción grave, multada con entre 626 y 6.250 euros, en función del número de trabajadores o volumen de negocio de la compañía. La Inspección de Trabajo comenzará a exigirlos el próximo 13 de mayo.
Sí, las empresas ya estaban obligadas a tenerlo para contratos a tiempo parcial y para contabilizar horas extra, tal y como recoge el Estatuto de los Trabajadores.
Sí, aunque la Inspección de Trabajo dará a las empresas un margen (no más de un mes) para tener listo el registro si ve buena voluntad y que está negociando con los representantes de los trabajadores.
Por un lado, podrán cumplir con el tiempo de trabajo establecido en su contrato, lo que influirá en su conciliación familiar y en los descansos entre jornadas. Por otro, las extensiones de jornada se verán registradas y, por lo tanto, reflejadas en su salario.
Este incremento salarial, derivado del cobro de horas extra, supondrá un incremento de las cotizaciones sociales en la misma medida.
Más de 735.000 trabajadores realizan un total de 5,7 millones de horas extra a la semana, de las que más de 2,6 millones (realizadas por más de 346.000 empleados) no son cobradas ni cotizadas.
En 2018, la Seguridad Social ingresó unos 314,7 millones de euros y está previsto que este año alcance los 346,9 millones.