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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Las claves de la 'injerencia' rusa en la crisis separatista catalana

imagen del territorio de Cataluña

España y Europa, como antes EEUU, acusan a los rusos de querer «el declive de la democracia liberal». Moscú pide pruebas y advierte de que las acusaciones podrían tener «consecuencias diplomáticas». El analista internacional Carlos Esteban ve un intento de Madrid (y Bruselas) de desviar la atención


Hace unos días, el director general del Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (Incibe) -dependiente del Ministerio de Energía- entregó a diputados y senadores documentación relativa a la injerencia rusa en el procés. Eran cuatro documentos, dos de ellos dos informes del Real Instituto Elcano, en los que se concluye que en septiembre hubo un «incremento del 2.000% de la actividad relacionada con Cataluña en Rusia», en «un intento más de influir en la situación política de otro país, sembrar confusión y proclamar el declive de la democracia liberal». Para estos analistas, «la interferencia rusa en Cataluña forma parte de la guerra de la información como método militar asimétrico que Rusia aplica en EEUU y Europa”.
También el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Sanz Roldán, reconoció la semana pasada que España sufre ciberataques. Al igual que hace el Gobierno, evitó acusar explícitamente al Gobierno de Rusia, pero sí señaló que este tipo de actuaciones es algo que «ocurre en la mayor parte de Europa»: «Aquí nos está ocurriendo», sentenció. «Otros quieren que no seamos estables y cada vez que aparece un elemento de inestabilidad ponen patas arribas todo el sistema», dijo en referencia velada a la crisis separatista en Cataluña.

El objetivo es la opinión pública rusa, no la occidental

El Centro de Excelencia de Comunicaciones Estratégicas es una organización militar internacional perteneciente a la OTAN cuya función es informar y capacitar a funcionarios y especialistas de la OTAN y sus países socios.
El diario El País recoge las declaraciones del director del centro, Janis Sarts, en las que explica qué está llevando a los rusos a «difundir y viralizar contenido en ruso sobre crisis extranjeras»: «La mayor parte de la actividad propagandística rusa tiene un público objetivo dentro de Rusia. Una de las prácticas habituales es traducir esos conflictos foráneos para una audiencia rusa, con el mensaje de que todo el mundo tiene problemas, que Occidente es hipócrita, que en todos los países los Gobiernos actúan de forma similar. Hay que recordar que nosotros somos el público o los objetivos secundarios. El principal está en Rusia y la razón de eso es legitimar a la actual élite del Kremlin y que se mantenga en el poder».

España cambia ahora el discurso: «de ninguna manera» se está culpando a Rusia

Ante la pretendida proliferación de mensajes falsos procedentes de servidores informáticos situados en Rusia, Méndez de Vigo ha enfatizado que los comicios catalanes del 21 de diciembre se van a desarrollar con «total normalidad» y que no habrá ninguna interferencia en sus resultados.



 Preguntado por si el Ejecutivo pretende hablar con el Gobierno ruso por la actividad de los piratas informáticos que han difundido noticias falsas sobre Cataluña en las redes sociales, Méndez de Vigo ha aclarado que «en ningún caso» se ha acusado al Kremlin de estar detrás de esta operación.

 Ha reiterado que la denuncia de España se ha referido al uso de servidores situados «en territorio ruso» a través de los cuales se han divulgado los bulos.

 «Quien lo manejaba, podía estar en cualquier otro lado», ha puntualizado ahora el ministro de Educación para rechazar que se esté culpando a las autoridades de Rusia.
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores ha transmitido al embajador de Rusia en España que «de ninguna manera» se ha pretendido señalar al gobierno de Rusia como responsable de la actuación de ‘hackers’.

 Así lo ha afirmado el titular de Exteriores, Alfonso Dastis, al ser preguntado por el malestar el Ejecutivo ruso por el hecho de que España haya identificado a Rusia (y también Venezuela) como lugar de procedencia de los mensajes que circularon por internet entorno al 1-O.

 «He dejado bien claro que no estamos involucrando al Gobierno ruso», ha dicho Dastis, quien se ha mostrado convencido de que esta cuestión no va a crear «ninguna crisis» entre ambos países.

Moscú se indigna ante las insinuaciones españolas

Y es que unos días antes la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, advirtió de que las acusaciones «infundadas» del Gobierno español contra Rusia pueden dañar las relaciones entre los dos países y pidió a Madrid que presente pruebas.

 «Nos gustaría que nuestros colegas españoles comiencen a responder de sus palabras y presenten datos concretos» que avalen la supuesta interferencia, dijo la portavoz del Ministerio, María Zajárova, en conferencia de prensa.

 En una dura declaración, la diplomática se refirió a las declaraciones del portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, la ministra de Defensa, Dolores de Cospedal, y el titular de Exteriores, Alfonso Dastis, a los que citó, culpando presuntamente a Rusia de «la supuesta intervención de ‘hackers’ rusos en procesos internos de España y, casi de intentar cambiar el orden constitucional en ese país».

 «Lamentamos profundamente que la ola de campañas antirrusas que se ha desatado en los medios occidentales haya sido elevada en Madrid al nivel oficial en el contexto de la crisis catalana», señaló Zajárova.
Lo cierto es que, pese a las acusaciones españolas y europeas, las televisiones de Moscú no se han mostrado demasiado comprensivas con la idea de Puigdemont de huir a Bruselas. Uno de los presentadores más conocidos de los informativos rusos se llegó a referir al president cesado como «cobarde» y «comadreja».

 

«La ‘injerencia rusa’ no tiene ni pies ni cabeza»

El analista internacional del grupo Intereconomía, Carlos Esteban, ve en Cataluña una importación de la llamada «trama rusa» de Estados Unidos. Una supuesta operación de ciberataques teledirigidos desde Moscú que habría perjudicado al Partido Demócrata norteamericano en las pasadas elecciones presidenciales y que, sin embargo, «nadie ha podido demostrar aún».
Para Carlos Esteban, estamos ante una réplica a menor escala: «La pretendida injerencia rusa en el asunto catalán no tiene ni pies ni cabeza». Y aunque admite que Rusia tiene sobradas razones para «intentar desestabilizar a un Occidente que le hostiga incluso con tropas en sus fronteras», nadie ha sabido explicar en qué consisten los pretendidos «ciberataques» rusos ni qué consecuencias han tenido o tienen: «¿Sin los ciberataques no se hubiera declarado la DUI?, ¿no se hubiera ido Puigdemont a Bélgica?».
Y concluye: «En España, como en EEUU hace un año, se está intentando distraer la atención de lo obvio, se está responsabilizando a Rusia de un problema cuyos responsables están en Madrid y han alimentado al independentismo desde hace treinta años».
 
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