Cada día que pasa, el clima en el PSOE se torna más tenso. La incomodidad es palpable: sudores, miradas evasivas y sonrisas forzadas son comunes entre sus miembros. Las fuentes del partido consultadas por el diario Vozpópuli muestran cada vez menos esfuerzo en ocultar la preocupación por el rumbo del caso Begoña Gómez y la forma en que lo está manejando el círculo cercano de Pedro Sánchez en Moncloa. «Todo se está poniendo feo. Y es que lo de la mujer y lo del hermano del presidente es feo», explica una destacada socialista con un cargo institucional relevante a Vozpópuli.
La situación ha llevado a una sensación generalizada de desconcierto dentro del partido. No se entiende bien por qué Begoña Gómez se acogió a su derecho a no declarar este viernes, ni por qué la Universidad Complutense, que inicialmente defendió a Gómez, ha solicitado ahora al juez Juan Carlos Peinado que la investigue por presunta apropiación indebida, lo cual se percibe como un aspecto turbio del asunto.
La incomprensión también abarca el hecho de que el PSOE no haya logrado explicar de manera convincente por qué Begoña Gómez se reunió en el Palacio de La Moncloa en ocho ocasiones con el empresario Carlos Barrabés, su socio, y en dos de esas ocasiones con la presencia del presidente Pedro Sánchez. Las explicaciones de fuentes de la ejecutiva del partido se limitan a que los tres «se conocen».
La sorpresa fue mayor entre algunos diputados socialistas el miércoles pasado, cuando el portavoz del PNV, Aitor Esteban, criticó a Sánchez desde la tribuna del Congreso. «Señor presidente, le voy a ser muy sincero, a mí lo que me sorprende es que nadie diga que hay cosas, simplemente, que no se deben hacer. No porque las prohíba la ley, sino que no se deben hacer; que nadie hable de ética y estética en vez de ordenamiento jurídico», afirmó Esteban. Este comentario, que vino de un socio, causó un gran impacto en el PSOE.
Las palabras de Esteban resonaron fuertemente, provocando miradas de asombro y asentimientos de resignación entre los socialistas, quienes sabían que este momento de confrontación con la realidad era inevitable. Mientras tanto, el equipo de Moncloa se ha centrado en combatir la desinformación y los bulos, lanzando un plan de «regeneración democrática» que carece de apoyos suficientes. Sin embargo, muchos en el PSOE creen que esta estrategia ya no funciona.
Las fuentes consultadas por Vozpópuli expresan su preocupación por el curso de la causa y las posibles repercusiones en los próximos meses. «La gente no es tonta. Ni nuestros votantes más fieles aceptarán fácilmente que esto sea solo una causa contra Begoña Gómez por ser quien es. Pueden aceptar muchas cosas, como la forma deleznable en que la derecha la ataca y usa el tema para hacer oposición. Pero si sumas empresario con socio y con presidente, el resultado, a priori, no puede ser bueno», comenta un diputado socialista.
