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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Los delirios de la huelga feminista del 8 de marzo, en siete puntos

Piden no llevar a los niños al colegio, no dar de comer a los bebés y no cuidar a los enfermos para «subvertir el orden del mundo y el discurso heteropatriarcal». Cuentan con el apoyo de la izquierda y del cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro.


El feminismo ha presentado el argumentario para llamar a la huelga del próximo 8 de marzo, día de la Mujer, un documento lleno de delirantes afirmaciones en el que se criminaliza al hombre por el hecho de serlo y se llama a no llevar a los niños al colegio, no dar de comer a los bebés, no cuidar a los enfermos y no acudir a los institutos o universidades a realizar exámenes.
Ha aprovechado además para pedir todas las reivindicaciones de la izquierda. De este modo, exige «una educación laica que trasversalice la perspectiva de género y libre de estereotipos heteropatriarcales» y aborto libre y gratuito.
-¿Por qué hacen huelga?
«Porque sufrimos violencia en todos los ámbitos de nuestras vidas -el hogar, el trabajo, el trasporte, la sociedad y las instituciones del Estado- (…) porque no nos creen cuando denunciamos y se cuestiona nuestro testimonio (…) porque no podemos ocupar el espacio público, los espacios de ocio y la noche sin vivir experiencias de hostigamieto, acoso y agresiones sexuales por parte de hombres que (…) quieren hacer de la calle un territorio masculino», señalan. ¿Todos los hombres? Parece que sí.
-¿Para qué y hasta dónde?
«Se lleva a cabo para quebrantar los privilegios de una sociedad capitalista, y racista (…) y con el propósito de subvertir el orden del mundo y el discurso heteropatriarcal, racista y neoliberal», añaden, antes de manifestar que «tiene que alcanzar también otros trabajos y espacios: el de los cuidados, el consumo, la vida estudiantil y asociativa» porque sin ellas «no se produce y no se reproduce». Olvidan que sin los hombres, el 50% de la población, tampoco se produce y se reproduce.
-Parar los cuidados
En el texto, las feministas dicen que son ellas las que se encargan de cuidar «constantemente a las familias, parejas, compañeros de trabajo, amigos…» y, por tanto, proponen «dejar de hacer las actividades dirigidas al cuidado de las personas» -con servicios mínimos-. No llevar a los niños al colegio; no lavar, planchar y tender; no preparar la comida de otras personas; no limpiar, ni cuidar a los nietos; y no atender al teléfono.
-No al consumo
«Queremos parar de consumir, parar los mercados de nuestros barrios o pueblos y parar la ciudad», declaran. Para ello las feministas defienden no comprar ni consumir ningún producto, más allá de los imprescindibles, y que estos sea consumidos colectivamente y llaman a coger la bicicleta, y a reducir el uso del móvil, el ordenador o la televisión.
-Adoctrinamiento LGTB en los colegios
No podía faltar el adoctrinamiento LGTB, contraviniendo el derecho de los padres a educar a sus hijos. Piden que «la educación afectivo-sexual se incluya en el currículo escolar» y «se eduque en la diversidad (…) promoviendo el placer sexual y el autoconocimiento de los cuerpos». En este sentido, abogan por que «se asuman todos los modelos de familia» y se facilite la reproducción asistida de gays, lesbianas y transexuales.
-Aborto libre y gratuito, y ataques a la Iglesia
El aborto libre y gratuito es otra de las exigencias de las feministas. Paran «para que el aborto esté fuera del Código Penal y se reconozca como un derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo y su maternidad, se respete la autonomía de las mujeres de 16 y 17 años y se garantice su realización en la red sanitaria pública«.
La Iglesia no se libra de los ataques y así tras pedir «poder decidir» sobre la maternidad y los proyectos vitales (…) exigen «al Estado, a la jerarquía católica, a los poderes patriarcales económicos y políticos y a la cultura machista de amigos, padres, hermanos y vecinos» que respeten su autonomía y libertad «para tomar decisiones sobre nuestra sexualidad y nuestra corporalidad». «Para que el Estado garantice, la sociedad respete y el Estado no se meta», finalizan.
-Ni una palabra sobre el Islam
«Nuestro grito es transfronterizo y transcultural», manifiestan, pero no dedican ni un párrafo en 23 páginas al papel secundario que juega la mujer en muchos países musulmanes, que defienden la superioridad del varón sobre ella y dónde está prohibido, por ejemplo, que puedan desplazarse sin un pariente masculino, conducir, viajar, abrir una cuenta en un banco o relacionarse con otros hombres.

Respaldo del PSOE, Podemos y Osoro

La huelga contará con el apoyo del PSOE -a medias- y de la extrema izquierda. Las diputadas de Podemos en el Congreso se sumarán «por el fin de la discriminación social, legal, política, moral y verbal contra las mujeres». También las ediles de Ahora Madrid y la alcaldesa, Manuela Carmena, de manera que serán los hombres del grupo municipal quienes asuman las «citas ineludibles» de sus compañeras, como las bodas que ofician en los distritos.
Desde el PSOE, el secretario general, Pedro Sánchez, ha hecho un llamamiento «a “movilizarse y secundar los paros parciales convocados por los sindicatos en favor de la igualdad salarial entre hombres y mujeres».
El respaldo más sorprendente es el del cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, que ha asegurado que comprende a las mujeres que apoyarán el paro para «defender sus derechos» y ha considerado que hasta la Virgen María «lo haría». «Lo comprendo, claro. Hay que defender sus derechos. Lo haría también, lo hace también de hecho, la Santísima Virgen María», ha manifestado.
 
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