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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Nuevo ridículo: denuncian a los pilotos italianos que bombardearon Durango

Bombardeo de Durango
Imagen del bombardeo de Durango

Cada vez queda más claro el carácter revanchista y publicitario de la izquierda y los separatistas y su interés por seguir viviendo de una Guerra Civil que perdieron.

Cada vez que se quedan sin argumentos o su capacidad de gestión se ve en entredicho, recurren a la Guerra o a los años del franquismo.
Ahora, 80 años después del bombardeo de Durango, el ayuntamiento de esa localidad vasca, con su alcaldesa Aitziber Irígoras al frente, ha decidido presentar una querella “por crimen de lesa humanidad “ contra los 46 pilotos de la Aviación Legionaria Italiana que participaron en el ataque sobre la localidad en el marco de la guerra que vivió España entre 1936 y 1939.
La denuncia se presenta contra los 46 militares, que de estar vivos superarían los cien años, y por lo tanto es un absurdo en su planteamiento. Un absurdo que solamente busca llamar la atención en los medios.
Recuerda a otra causa similar, la que el juez Baltasar Garzón intentó abrir para juzgar el franquismo. Lo hizo en 2010, y el resultado fue el ridículo estrepitoso que cosechó con una sentencia del Tribunal Supremo en la que, si bien no se le condenaba por prevaricación, se consideraba que el magistrado había errado al abrir un procedimiento en el que no había posibilidad alguna de juzgar a los denunciados.
Algo similar ocurre con esta querella presentada por la abogada Anais Franquesa, del centro Iridia para la defensa de los Derechos Humanos, que deberá solicitar a Italia la localización y los certificados de defunción de las personas contra las que se presenta la querella. En ese momento, todo habrá terminado, porque ni Italia va a colaborar ni quedan culpables para ser juzgados.

Las mentiras sobre el bombardeo de Durango

Tradicionalmente, la historiografía partidista de la izquierda considera el bombardeo sobre la ciudad vasca de Durango como el primero realizado sobre población civil en la historia bélica. Pero eso es falso. La aviación republicana fue la pionera en este tipo de prácticas que utilizaron muchos meses antes, el 17 y 18 de julio de 1936 contra población civil en las ciudades españolas de Tetuán Larache, Ceuta y Melilla.
Todavía no había comenzado la Guerra Civil cuando los aviones republicanos despegaron del aeródromo de Tablada con órdenes claras: descargar 8 bombas sobre la capital del protectorado de Marruecos, Tetuán.
El día anterior habían lanzado tímidos bombardeos sobre los cuarteles sublevados en Ceuta y Larache. Pero esta vez era diferente. En esta ocasión lanzaron ocho proyectiles: tres sobre la sede del Alto Comisionado, que era el centro político del protectorado, y cinco sobre la medina, el barrio árabe de la ciudad que causaron 15 muertos y más de 40 heridos.
El objetivo buscado por los mandos republicanos no era otro que provocar las iras de la población árabe contra los militares, para dificultar el triunfo del levantamiento causando motines de la población. Para ello no tuvieron ningún inconveniente en matar y herir a civiles inocentes, entre ellos, decenas de mujeres y niños.
Pero no es la única mentira sobre el bombardeo de Durango. Si estudiamos los escritos propagandísticos difundidos por el Gobierno del Frente Popular en los días siguientes, vemos como hablan primero de cientos de víctimas, después de entorno a mil y finalmente se acuña el mito de los 300.
La verdad es que, pese a que la alcaldesa de Durango sigue usando el número de 300, no se han podido documentar más de 182, incluidos muchos heridos que fallecieron en los días posteriores a causa de la deficiente asistencia sanitaria.
También se ha pretendido explicar que Durango, al igual que lo que ocurrió un mes después con el bombardeo de Guernica, no tenían objetivos militares y eran bombardeos injustificados. Sin embargo esto es falso. Eran dos municipios fundamentales en la conexión de las tropas republicanas del norte y paso obligado de material y efectivos para la defensa de Bilbao, donde se estaba construyendo a toda prisa el muro defensivo llamado el Cinturón de Hierro.
Los bombardeos suponían una necesidad bélica clara para cortar las vías de comunicación dentro de la campaña del norte emprendida por las tropas nacionales.

La hipocresía en nombre de los Derechos Humanos

Esta nueva denuncia presentada por los defensores de los Derechos Humanos, solamente de un lado de los combatientes en la Guerra Civil, deja clara la hipocresía de amplios sectores políticos y asociativos.
Estos grupos jamás se preocuparon de los ya mencionados primeros bombardeos sobre población civil, los realizados antes de comenzar la guerra, durante las primeras horas del levantamiento del 18 de julio contra la población de las ciudades españolas en el norte de África.
Pero tampoco se han preocupado nunca de investigar el bombardeo de Cabra (Córdoba), una localidad en la retaguardia más alejada que fue bombardeada en noviembre de 1938 por la aviación republicana. Allí murieron 109 personas y más de 200 resultaron heridas al ser bombardeado el mercado municipal.
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