Estados Unidos ha criticado que países con unas credenciales de derechos humanos cuestionables puedan ser miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y ha citado específicamente a Venezuela y Burundi.
En su intervención ante el segmento de alto nivel del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, la secretaria adjunta de la Oficina de Organizaciones Internacionales de Estados Unidos, Mary Catherine Phee, ha delineado algunas de las causas por las cuales Washington considera que el trabajo del Consejo se socava.
Entre esas razones ha indicado el hecho de que haya países miembros que tengan un registro de derechos humanos muy precario, y ha citado entre ellos a Venezuela y Burundi.
«Los países miembros del Consejo deberían tener unos estándares de derechos humanos al más alto nivel», ha afirmado Phee.
El Consejo está formado por 47 países que asumen un mandato de tres años en función de los puestos disponibles para la región a la que pertenecen.
Otra de las causas que socavan el trabajo del Consejo, según la representante estadounidense, es que hablen ante él «personas conocidas por ser violadores de derechos humanos».
«El propio hecho de que se puedan dirigir a la sala es una burla al Consejo», ha añadido.
Arabia Saudí también está en el Consejo
La funcionaria de Estados Unidos ha censurado el hecho de que haya países que no colaboren con los mecanismos de derechos humanos de la ONU, ha citado a Burundi, Irán, Corea del Norte y Siria, y ha pedido el apoyo a las personas e instancias que los investigan desde el exterior.
Se olvida EEUU también de mencionar que el régimen de Arabia Saudí también tenga un asiento en el citado comité, además de contar con un puesto en el de defensa de los derechos de las mujeres.
Finalmente, Phee también ha criticado el hecho de que el Consejo tenga a Israel como un ítem permanente de su agenda.
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