Hasta ahora, Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y Economía Social, había mantenido un férreo silencio sobre sus viajes oficiales, la mayoría en Falcon, incluyendo los gastos y los acompañantes. Pese al interés de los ciudadanos y las preguntas formuladas a través de Transparencia y en el Congreso de los Diputados, el ministerio se mostraba hermético. En al menos ocho ocasiones, Díaz se negó a proporcionar información, destacando destinos como Brasil, Bruselas y el Vaticano. Sin embargo, ahora ha impulsado un ejercicio de transparencia que evidencia al resto del Ejecutivo, especialmente al presidente Pedro Sánchez, quien recurrentemente ha negado información sobre sus vuelos alegando razones de seguridad nacional, pública o motivos de confidencialidad.
En respuesta a un requerimiento de The Objective el 18 de abril, el ministerio de Yolanda Díaz ha precisado que la ministra ha realizado 100 vuelos oficiales entre enero de 2020 y abril de 2024. Aunque no se especifica si todos estos vuelos fueron en Falcon o Airbus, la información proporcionada incluye fechas, origen (siempre Madrid) y destino. De estos vuelos, uno de cada cuatro tuvo como destino alguna localidad gallega, tierra natal de Díaz. Además, 37 vuelos fueron a destinos internacionales, con frecuentes viajes a Bruselas, Portugal, Italia y Latinoamérica. En dos ocasiones, la capital portuguesa sirvió como parada técnica para desplazarse a Brasil, y Díaz también ha viajado a Ciudad de México y Roma, donde ha tenido encuentros con el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador y el Papa Francisco, respectivamente.
El Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, organismo independiente encargado de promover la transparencia de la actividad pública, ha instado al Gobierno a facilitar de inmediato la información sobre los viajes oficiales. Esta decisión de Díaz de ofrecer el listado completo de sus vuelos deja con pocas excusas a los departamentos más opacos para no detallar los traslados en aviones oficiales. Las críticas han surgido principalmente por el uso excesivo de estos aviones, que son muy contaminantes, y por el secretismo sobre la identidad de los viajeros.
En contraste, el Gobierno sigue sin informar sobre la mayoría de los 4.713 viajes realizados en Falcon y Airbus desde marzo de 2021.
