El Banco de España ha advertido de que una desescalada prematura puede conllevar una menor recuperación del empleo a corto plazo si, por ejemplo, la demanda no repunta porque los consumidores perciben un nivel elevado de riesgo, o incluso a medio plazo si aumenta la probabilidad de nuevos brotes.
En un análisis sobre el impacto del proceso de desescalada de la pandemia en el mercado de trabajo por provincias, el organismo señala que aunque la retirada de medidas en mayo tuvo un impacto positivo en la producción y en el empleo, los resultados «no deben interpretarse mecánicamente en el sentido de que un proceso de desescalada más rápido habría tenido necesariamente efectos positivos sobre el empleo».
Es importante, añaden, que el ritmo de retirada de las medidas de contención se acompase al cumplimiento de las condiciones sanitarias, lo que incluye no solo el control de la epidemia, sino también «la recuperación de la capacidad asistencial necesaria para poder abordar hipotéticos rebrotes o la puesta en pie de la infraestructura requerida para localizar y aislar a los contactos de las personas infectadas».
En su análisis de la recuperación de empleo por provincias en mayo, el Banco de España llega a varias conclusiones.
Por un lado, que las provincias que pasaron a la fase 1 el 11 de mayo tendieron a mostrar crecimientos de la afiliación superiores a los del resto.
En concreto, la cifra de cotizantes a la Seguridad Social avanzó un 1,3 % por término medio en las provincias que accedieron a la fase 1 en esa fecha, frente al 0,8 % observado en las que no lo hicieron.
También el descenso en el número de trabajadores afectados por un ERTE fue superior en las provincias que pasaron anticipadamente a la fase 1 (14,2 %), frente al observado en el resto de las provincias (9,4 %).
No obstante, el informe también señala que, más allá de las fases, la afiliación ha tendido a mostrar un mejor comportamiento en mayo en aquellas provincias en las que el peso del sector de la construcción en el empleo total es más elevado.
Por el contrario, la afiliación evolucionó peor en mayo en las provincias con un mayor peso de los sectores de comercio y hostelería en el conjunto del empleo, dado que en esa fase inicial de la desescalada la actividad de estas ramas continuó viéndose afectada por restricciones significativas.
En total, el número de personas afiliadas a la Seguridad Social creció un 1 % en mayo, después de haber descendido un 4,6 % en términos acumulados entre los últimos días laborables de los meses de febrero y abril.
En cuanto a los asalariados afectados por un ERTE se redujeron un 11,5 % (casi 400.000 trabajadores) a lo largo del mes de mayo.