Asegura que es «grave» que este juicio se celebre en la Audiencia Nacional y no en la Audiencia Provincial de Navarra.
El exjuez prevaricador Baltasar Garzón ha asegurado que el juicio a los agresores de los dos agentes de la Guardia Civil y sus parejas en Alsasua pone en juego la credibilidad de la justicia. «Es muy grave esta forma de interpretar el Código Penal, y especialmente la actividad terrorista, que no debería banalizarse como ha sucedido con Tamara Carrasco por su papel en los CDR», ha señalado en un artículo publicado en el diario El País.
Asegura que es «grave» que este juicio se celebre en la Audiencia Nacional y no en la Audiencia Provincial de Navarra. «No es que dude de los jueces de la Sala Penal de aquella que van a juzgar el caso, aunque me resulta agresiva la presencia de la magistrada Espejel dirigiendo esta vista cuando ha sido severamente cuestionada su imparcialidad por los vínculos familiares con el cuerpo de la Guardia Civil», dice.
En su columna, añade que se pide casi 400 años de cárcel «para quienes ni en lo más íntimo, estoy seguro, pensaron en el terrorismo como opción ni, cuando presuntamente ejecutaron las conductas que se les imputan (está por ver que las cometieran) actuaron con esa finalidad ni objetiva ni subjetivamente; ni en lo material ni en lo formal».
Este martes declaró el teniente de la Guardia Civil víctima de la agresión de Alsasua (Navarra). Ha descrito el «calvario terrible» que sufrió, con «golpes y patadas por todos los lados», especialmente en la cabeza, piernas y espalda, que le hicieron temer por su vida. Nadie intentó ayudarle mientras era agredido en el bar Koxka ni persona alguna intentó calmar la situación, ha dicho en el juicio el teniente, quien se ha mostrado convencido de que todo el mundo en el establecimiento sabía que era guardia civil y que también conocían a su novia. «No había nadie que me echara un cable o que intentara calmar la situación», ha resumido.
Ambos y otra pareja -un sargento del instituto armado y su novia- fueron agredidos en ese bar por un grupo de personas, entre ellas presuntamente las ocho que se sientan en el banquillo en el juicio, en un suceso que ha relatado el teniente ante el tribunal, al que ha descrito la situación «indefensa» en la que se quedó tras recibir constantes golpes.