La Consejería de Políticas Sociales y Salud Pública de Melilla ha confirmado este miércoles un nuevo caso de rabia canina, el tercero en poco más de una semana, lo que ha disparado todas las alarmas en la ciudad autónoma. El animal infectado, un perro mestizo con características de pastor alemán, logró acceder a Melilla procedente de Marruecos atravesando a la carrera el paso fronterizo de Beni-Enzar, según ha avanzado OkDiario.
El ejemplar fue visto por primera vez por la Guardia Civil sobre las 9.30 de la mañana del 10 de abril mientras cruzaba la frontera sin control. Horas más tarde, el perro fue detectado en la carretera de circunvalación, aunque no fue capturado hasta las 16.30, en la calle Tadino de Martinengo, por el equipo de recogida de animales. La confirmación de que estaba infectado por el virus llegó tras los análisis del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III, a petición de la Unidad de Sanidad Animal y Zoonosis de la Dirección General de Salud Pública.
Las autoridades sanitarias han hecho un llamamiento urgente a la ciudadanía para que notifique cualquier contacto, directo o indirecto, con el animal. Advierten de que la rabia es letal una vez aparecen los síntomas, tanto para humanos como para otras especies sensibles, por lo que resulta esencial iniciar el tratamiento profiláctico cuanto antes tras una posible exposición.
Desde la Consejería, dirigida por Randa Mohamed (PP), se ha solicitado a quienes hayan sido mordidos o expuestos a la saliva del perro que acudan sin demora a la Dirección General de Salud Pública. También se pide colaboración ciudadana para identificar a posibles mascotas que pudieran haber tenido contacto con el animal infectado. En casos de riesgo, se recomienda contactar con la Policía Local para activar el protocolo sanitario.
Este nuevo positivo se suma a otros dos casos detectados previamente, los días 3 y 8 de abril. Con estos tres episodios confirmados, 2025 arranca con un preocupante repunte de la enfermedad en Melilla, cuya situación geográfica y cercanía con el norte de África la convierten en un punto especialmente sensible a este tipo de amenazas zoonóticas.
