«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Señala que el comentario ha dañado gravemente su reputación y su vida personal

El juez García-Castellón demanda a Belarra por llamarle «corrupto» y «prevaricador» y le reclama 120.000 euros

El juez Manuel García Castellón durante la entrega de la XIII Edición de los Premios Puñetas de ACIJUR, en la Asociación de la Prensa de Madrid - Europa Press

El exmagistrado de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, ha interpuesto una demanda contra la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, después de que le acusase de ser «corrupto» y «prevaricador» en redes sociales en relación con su jubilación forzosa, señalando que el magistrado se iría «de rositas» sin sanción alguna, «en gran parte gracias al PSOE».

El magistrado ha presentado la denuncia ante la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo, debido al estatus de aforada de Belarra. En la demanda, el juez solicita una compensación de 120.000 euros, argumentando que el comentario de la líder de Podemos ha dañado gravemente su reputación y su vida personal, generando un impacto negativo en su «tranquilo y apacible retiro» y afectando a su bienestar. García-Castellón sostiene que su trayectoria en el poder judicial ha sido irreprochable y que todas sus decisiones han estado enfocadas en mantener la imparcialidad requerida para administrar justicia.

De acuerdo con la demanda, a la que ha tenido acceso el diario ABC, el tuit ha alcanzado más de 662.000 visualizaciones y ha generado miles de interacciones, incluidos insultos y ofensas hacia el juez. La defensa de García-Castellón enfatiza que las acusaciones de Belarra, al provenir de una diputada y dirigente de un partido político, tienen un impacto mediático mucho mayor que el de cualquier ciudadano común, lo que ha contribuido a que muchas personas crean que las afirmaciones de la diputada son verídicas, cuando en realidad no existe ninguna sentencia que condene al juez por corrupción o prevaricación.

El abogado de García-Castellón señala que las palabras de Belarra son «inaceptables» y carecen de fundamento legal, ya que el juez nunca ha sido procesado ni condenado por los delitos que se le imputan en el mensaje. En consecuencia, sostiene que la publicación de Belarra ha violado gravemente el derecho al honor de su representado, afectando tanto su vida personal como su carrera, que hasta ahora ha sido, según él, intachable.

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