El jurado ha declarado por unanimidad culpable de asesinato con alevosía al hombre que mató a un sacristán en Alcalá la Real (Jaén), en febrero de 2021. Según ha reconocido el propio acusado, le mató a navajazos «por venganza» tras haberle echado de la Iglesia de la Consolación donde él ejercía la mendacidad.
En este sentido, el jurado ha avalado con su veredicto las tesis del Ministerio Fiscal y ha rechazado aplicar cualquier tipo de eximente o atenuante como pedía la defensa. De esta forma, los miembros del jurado han rechazado que el acusado actuara enajenado y sin ser consciente de lo que hacía por padecer un «trastorno polimorfo de la personalidad» que le lleva a tener una «visión distorsionada» de la realidad.
El día en que sucedió todo, el sacristán recomendó al acusado que «se colocase la mascarilla facial obligatoria en aquella época, o en caso contrario, se abstuviera de acceder a la iglesia». Este fue el origen de la «venganza» del acusado que abordó al sacristán en la iglesia y «comenzó a dirigir múltiples golpes y puñetazos» a la víctima, un hombre de 53 años y que padecía cierto grado de discapacidad psíquica.
Con este veredicto, el Ministerio Fiscal ratificó su solicitud de pena de 20 años de prisión, mientras que la responsabilidad civil la ha cifrado en 40.000 euros para el hermano del sacristán. La defensa del acusado, oído el veredicto, solicitó su ingreso en un centro psiquiátrico de por vida.