La feminista Irene Montero cesó en el Ministerio de Igualdad a finales de noviembre pasado. Se sentó en el Consejo de Ministros casi cuatro años, desde el 3 de enero de 2020. Podemos decir que su gestión ha sido un fracaso con los datos de su Ministerio, y no sólo por la liberación de violadores gracias a la Ley Orgánica 10/2022, de 6 de septiembre, de garantía integral de la libertad sexual.
En 2019, se registraron 56 mujeres asesinadas, el número más alto desde 2015. En ese año, las «políticas feministas» las dirigía la socialista Carmen Calvo. 2023 ha acabado con 55 asesinadas. Sólo una víctima de diferencia. En ese tiempo, el presupuesto del Ministerio de Igualdad ha pasado de 181 millones en los Presupuestos Generales del Estado de 2020 a 573 millones en 2023; es decir, se ha triplicado.
| ASESINATOS DE MUJERES POR ‘VIOLENCIA DE GÉNERO‘ | |||||||||
| 2014 | 2015 | 2016 | 2017 | 2018 | 2019 | 2020 | 2021 | 2022 | 2023 |
| 55 | 59 | 49 | 49 | 53 | 56 | 50 | 49 | 49 | 55 |
Es cierto que en los demás años de desempeño de Montero, los asesinatos bajaron, como se muestra en la tabla. En 2022, fueron 49. Y de 2022 a 2023 los homicidios de mujeres subieron un 12%. En ese período, el presupuesto de su Ministerio pasó de 525 millones a 573 millones, un aumento cercano a un 9%. Cabría pensar si hay una correlación entre el crecimiento del gasto público en «políticas de Igualdad» y el de asesinatos de mujeres.
Los datos indican que la llamada «violencia de género» se mantiene en unos números constantes, que oscilan entre las 50 y las 60 víctimas anuales, según la información elaborada por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, desempeñada hasta diciembre por Victoria Rosell y desde la formación del nuevo Gobierno de Sánchez, por Carmen Martínez Perza.
Entonces, ¿de qué sirve la acción del Ministerio de Igualdad? ¿En qué se gastan los cientos de millones de sus presupuestos anuales? Por ejemplo, más de 17 millones el año pasado se dedicaron a personal. También se pagan becas de formación en Igualdad, infinidad de talleres, manifestaciones, edición de libros, cursillos para jueces, policías y otros funcionarios, elaboración de informes, etcétera.
Un asunto que no se debate en los ambientes feministas y en los círculos políticos de izquierdas es la altísima presencia de varones extranjeros entre los (presuntos) asesinos. El balance provisional a 1 de diciembre de 2023 muestra que 25 de los 55 homicidas nacieron fuera de España, casi la mitad. Un 45,5% de los victimarios son extranjeros, cuando la proporción de población extranjera es de un 11,4%. Por tanto, hay una sobrerrepresentación de los extranjeros en este tipo de violencia. ¿Por qué no se plantea siquiera la selección de la inmigración para reducir este tipo de violencia?
