La Fiscalía del Tribunal Supremo anunció esta semana que estudiará si investiga si el ahora eurodiputado Alvise Pérez cometió un delito de financiación ilegal por el cobro de 100.000 euros en metálico durante la campaña de las elecciones europeas.
Fuentes fiscales confirmaron que la Fiscalía General del Estado recibió el 19 de septiembre una denuncia por parte de Álvaro Romillo, un empresario de criptomonedas cuyo entramado fue denunciado en la Audiencia Nacional por un delito de estafa. El propio Pérez admitió el pasado jueves que aceptó cobrar 100.000 euros en efectivo, y sin factura, como «honorarios privados» para «poder tener más ahorros». Y se justificó: «Todo aquel que depende económicamente del poder se corrompe».
Miembros de Gobierno ya señalaron que no tenían «inquietud» por la irrupción de la agrupación de electores ‘Se acabó la fiesta’ tras las europeas. Sus altavoces mediáticos —y los del PP— le presentaron como «analista» y «consultor político», y le alimentaron antes y después de las europeas para intentar «desactivar» y «acabar» con VOX.
«El ‘enigma Alvise’: cómo un partido ‘antipolítico’ y sin mítines atrae uno de cada diez nuevos votos» publicó El Mundo dos días antes de los comicios al Parlamento Europeo. «Alvise Pérez, el ‘iluminado’: el primer nativo digital de la política», publicó ABC una semana después de las elecciones.
El ministro Félix Bolaños llegó a afirmar en el mes de julio en un corrillo con periodistas que Alvise estaba «controlado» y «no es peligroso», y locutores como Federico Jiménez Losantos también colaboraron en la estrategia. «Cada vez que habla (la diputada Esther Peña, PSOE) te dan ganas de votar a Alvise», manifestó.
VOX, por su parte, se mantuvo como tercera fuerza política de España, y creció en porcentaje y votos en las europeas —como en las elecciones en Galicia, el País Vasco y Cataluña—, razón por la que el presidente de la formación, Santiago Abascal, reiteró que «el certificado de defunción de VOX, el que quieren nuestros adversarios, sueñan muchos poderosos y anuncian muchos medios permanentemente se hace esperar». «La desaparición o caída de VOX no coincide con los deseos de los españoles, que siguen deseando larga vida a VOX», concluyó.