Los vecinos de Cartaojal (Málaga), de unos 1.200 habitantes, denuncian su «indefensión» ante el plan de arranque de olivos que se inició en septiembre y que tiene como objetivo la instalación de parques fotovoltaicos, «una decisión perjudicial para el entorno rural, para la economía y para el futuro de nuestros hijos».
La queja la hacen extensible a todas las administraciones. «El Gobierno no hace ni caso, y la Junta de Andalucía sigue la misma línea y no quiere saber nada de las plataformas. Se intentó que se reordenara el terreno y se paralizaran los proyectos, pero lo tumbó recientemente en el Parlamento andaluz», señala el portavoz de la Plataforma Cartaojal Sin Parques Fotovoltaicos, Juan María Cívico, en declaraciones a La Gaceta.
Cívico incide en la «desastrosa» situación en Andalucía, donde «había varios proyectos paralizados por informes medioambientales, pero la Junta ha reactivado todos. Se ha olvidado del medio ambiente, de la gente… y de todo«, afirma. Así, denuncia que «para avanzar» se quiera «matar el presente y el futuro de mucha gente». «No veo avance, no se entiende que se vayan a cargar Andalucía, una tierra que es la huerta de España, con las placas solares», añade.
Con los cuatro proyectos en marcha se van a arrancar 900 hectáreas de olivo, desmantelando el «modelo de vida» de cientos de cartaojaleños y convirtiendo tierras de cultivo y de trabajo «en un auténtico desierto». Uno de los proyectos, el de mayor envergadura, está avanzado y ya se ha llevado por delante unos 20.000 olivos, lamenta el portavoz de la Plataforma, al tiempo que recuerda que no se posicionan en contra de las energías renovables, pero sí lamentan que con estos megaproyectos se vaya a rodear el pueblo y se impida que crezca. Los parques, subraya, «están proyectados a pocos metros del núcleo urbano, muy cerca de nuestras casas».
Las asociaciones de vecinos que reclaman amparo ante la conversión de tierras de cultivo en campos de placas solares han proliferado por toda España en los últimos años. En las comarcas de la Jacetania y del Alto Gállego (Aragón), en Tierra de Barros (Extremadura), en Zamora… El pasado año la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) exigió junto a la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) y la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) la necesidad de una normativa específica para la implantación de placas «sólo en terrenos no aprovechables para la producción agraria».
El sindicato Solidaridad: «Arrancar olivos traerá paro y desapego rural»
El secretario general del sindicato Solidaridad, Rodrigo Alonso, ha manifestado que arrancar olivos para poner paneles fotovoltaicos «conlleva cambiar un modelo productivo agrícola y tradicional, que produce apego a la agricultura y arraigo a la España rural, por un modelo en el que el capital es inversión extranjera y que no genera puestos de trabajo».
«Es una transición hacia el paro y la desesperanza. Cuando queramos revertirlo será imposible. Esto no es quitar las plantas fotovoltaicas y volver a poner los olivos. Necesitas encontrar la gente para cultivar y arraigarla en la España rural», ha dicho.
A su juicio, todos los postulados ecologistas de los últimos 50 o 60 años «han caído por su propio preso». «Se preocuparon por el mantenimiento del entorno, del paisaje… pero todo se ha ido al traste al autorizar en los montes la colocación, por ejemplo, de molinos de viento. Hemos pasado de prohibir el pastoreo para preservar el medio a autorizar los molinos de viento. De nada sirve, por tanto, todo el ecologismo del último medio siglo», ha apuntado.