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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El PP reclama la retirada de la estatua de la sanguinaria Pasionaria

Por su participación en la persecución y la violencia contra personas de derechas o católicos durante la Guerra Civil.


El PP de Leganés (Madrid) ha solicitado a la Comisión de Memoria Histórica municipal que «estudie la retirada» de la estatua a Dolores Ibarruri, ‘Pasionaria’ en virtud de la Ley de Memoria Histórica.
La formación, en la oposición en un consistorio gobernado por PSOE e IU, ha reclamado el cambio de nombre de la avenida Dolores Ibarruri, así como de otras que están dedicadas a personalidades cuya actuación «también estuvo marcada por el sectarismo, incluso con la represión ideológica en la retaguardia».
Reclama modificar también las vías dedicadas a Federica Montseny, Juan Negrín o Largo Caballero, aludiendo al artículo 1 de la Ley de Memoria Histórica que llama a «reconocer y ampliar derechos a favor de quienes padecieron persecución o violencia, por razones políticas, ideológicas, o de creencia religiosa, durante la Guerra Civil y la dictadura».
En declaraciones a La Gaceta, el portavoz, Miguel Ángel Recuenco, ha señalado que ellos «consideran que el cambio de calles que se pretende supone reabrir viejas heridas» y que no es una «prioridad» para los ciudadanos, cuyos problemas están en la limpieza, el empleo o la seguridad, pero que «no pueden quedar inmóviles viendo como se aplica la Ley de Memoria Histórica de manera partidista». «O todos o ninguno», ha señalado.
Sobre ‘Pasionaria’, ha indicado que es «más que una sospecha» su participación en «la persecución política y religiosa durante la Guerra Civil en la zona de retaguardia, que se tradujo en numerosas muertes de españoles por el mero hecho de ser de derechas o católicos».

La dirigente comunista pronunció la amenaza de muerte más clara de la historia parlamentaria de la Segunda República. José Calvo Sotelo fue asesinado el 13 de julio de 1936 tras un duro discurso en el que criticó al Gobierno del Frente Popular por no haber sido capaz de parar la ola de crímenes políticos cometidos por militantes de partidos de izquierdas con total impunidad. «Pasionaria» dijo «has hablado por última vez». Ella siempre lo negó y el presidente de las Cortes, Diego Martínez Barrio, no dudó en borrar la amenaza del diario de sesiones. Un testimonio deja claro que, pese a los intentos de ocultarlo, la líder comunista pronunció la condena de muerte a Calvo Sotelo.
Pero no fue su único hito criminal demostrado. En un mitin de Valencia aseguró ante miles de comunistas convencidos y fanatizados una frase que prendió la mecha de la represión comunista durante la guerra: «Más vale condenar a cien inocentes a que se absuelva a un solo culpable».
Los populares reclaman que las vías dedicadas a estos personajes históricos -y sanguinarios- pasen a ser sustituidas por los nombres de víctimas del terrorismo.
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