Asistimos a lo que se anunció que ocurrirĆa. Todos los grandes medios de comunicación en EspaƱa (periódicos, radios y televisiones privadas y pĆŗblicas) atacan la moción de VOX con los mismos argumentos. Lo hacen tambiĆ©n los medios que habitualmente denuncian las prĆ”cticas totalitarias de este Gobierno. Es inevitable pensar, por tanto, que todos ellos compartan grupo de watsapp con el PP.
Como si hubiesen asistido en conjunto a una masterclass en GĆ©nova 13, tertulianos, editorialistas, presentadores, articulistas y locutores coinciden en el anĆ”lisis repitiendo sin pudor las mismas palabras: Ā«La moción es un balón de oxĆgeno para SĆ”nchezĀ», Ā«el Profesor Tamames, de 89 aƱos, no aguantarĆ” en la tribuna del CongresoĀ»ā¦
Lejos de atender la reacción entusiasta que la iniciativa estÔ generando en gran parte de la población, tratan de hacerles cambiar de parecer. Imponen un relato artificial y hasta desagradable cuando desacreditan a Tamames por su edad, sugiriendo que chochea y que estÔ gagÔ. El PP y su estrategia de comunicación: financiar a los medios con nuestro dinero.
La dependencia económica de todos ellos corrompe el ejercicio periodĆstico. Tampoco en los próximos dĆas escucharemos o leeremos que decir no a Tamames es decir sĆ a SĆ”nchez, y que abstenerse es decir no a Tamames. Puede que aĆŗn hoy su madre o cualquier familiar se sienta ilusionado con la medida, pero en un par de dĆas acabarĆ” sucumbiendo a la posverdad construida desde la publicidad institucional.Ā Ā Ā
La verdad tiene mucho mÔs que ver con que la moción complique el argumentario de los populares y con que el retrato del Gobierno que saldrÔ marcado a fuego tras la moción serÔ el de Frankenstein. Esa es la estampa que no se puede olvidar en los próximos meses, en los que SÔnchez seguirÔ comprando voluntades torticeramente, también con nuestro dinero.
Ante este escenario, es sencillo acertar en el diagnóstico real de las cosas: aplique lo contrario de lo que repitan la mayorĆa de los medios.Ā Ā Ā
Fue en septiembre de 2016 cuando la candidata demócrata Hillary Clinton calificó por primera vez al electorado de Trump como basket of deplorables: Ā«Racistas, sexistas, homófobos, xenófobos, islamófobosā¦Ā». La consecuencia directa fue su abrupta caĆda en los sondeos y su derrota en las urnas. EspaƱa serĆ” deplorable o no serĆ”.Ā Ā