El Principado de Asturias se enfrenta a críticas por la compra de 6.100 juegos de barajas temáticas de la Agenda 2030, un gasto de más de 18.000 euros que, dos años después, permanecen sin utilizar en un almacén del edificio de Llamaquique, en Oviedo. Este encargo fue realizado durante el mandato de José Antonio Garmón (PSOE), entonces director general de Gobernanza Pública, Transparencia y Agenda 2030, y ha sido señalado por el diputado autonómico José Cuervas-Mons (PP) como un ejemplo de «despilfarro en la gestión de los recursos públicos».
La adquisición, que costó 18.137 euros según avanza La Nueva España, se tramitó de forma inusualmente rápida para ser un contrato menor. En menos de dos semanas desde su inicio, el 6 de marzo de 2023, ya se había adjudicado, y el pago se realizó en octubre del mismo año. La empresa seleccionada fue «Pingbro Games,» de Alhaurín de la Torre (Málaga), que suministró no solo las cartas, sino también estuches de plástico personalizados para cada juego.
Cada baraja está diseñada para jugar al tradicional juego de parejas e incluye cartas relacionadas con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, como «la erradicación de la pobreza» o «el fortalecimiento de alianzas internacionales». El reverso de las cartas muestra un diseño específico para Asturias: la Cruz de la Victoria sobre fondo azul. Sin embargo, estas barajas no han sido distribuidas y actualmente recaen en el olvido en un cuarto trastero de la dirección general de la Agenda 2030.
José Cuervas-Mons calificó la compra de las barajas como «un gasto innecesario e irresponsable», señalando que su diseño no tiene atractivo y que «quedó espantado al verlas«. Además, ironizó sobre la posibilidad de distribuirlas en los Centros de Día del Principado, describiendo esta opción como «menudo planazo«. Para el diputado, este caso evidencia las debilidades del sistema de contratación menor del Principado, al que describió como «un coladero» para gastos sin una justificación clara.
La actual dirección general de la Agenda 2030, liderada por Juan Ponte, heredó las barajas de la gestión anterior, pero aún no ha definido un uso concreto para ellas. Según Cuervas-Mons, este gasto refleja una falta de planificación y «una despreocupación absoluta por el dinero de los asturianos, que proviene de sus impuestos«. En su opinión, el problema no radica solo en este caso, sino en otros contratos menores similares que, aunque representan una fracción del presupuesto global del Principado, que supera los 6.000 millones de euros, evidencian «la necesidad de mayor control en la gestión pública«.