El rechazo de Sumar, ERC, Junts, EH Bildu a la ley del PSOE para prohibir el proxenetismo ha generado la primera fractura dentro del Gobierno. Esta iniciativa recibió 122 votos a favor (PSOE y BNG), 36 abstenciones (Vox y Podemos), y 184 votos en contra (PP, Sumar, ERC, Junts, EH Bildu y PNV).
Sumar, uno de los principales aliados de Sánchez, afirmó que la modificación del Código Penal tiene un punto de partida que hace «muy difícil» alcanzar un acuerdo, ya que su aplicación condenaría a las mujeres que ejercen la prostitución a «mayor precariedad, clandestinidad, indefensión y vulnerabilidad».
Además, han enfatizado que el PSOE «no ha pensado bien» a la hora de actuar y se le ha recriminado por no haber intentado «consensuar o hablar» con Sumar. Señalan también que hay una «falta de seriedad» y responsabilidad del PSOE al no contactarles para dialogar.
El rechazo de Sumar no fue el único dentro de la mayoría parlamentaria que apoya al Ejecutivo de Pedro Sánchez. Otros socios del PSOE también expresaron fuertes críticas a la aplicación de leyes punitivistas para abordar el tema de la prostitución.