El torero Román Collado, de 31 años, resultó cogido el pasado lunes en la plaza de Vic-Fezenzac. El valenciano, que debutaba en el coso francés, fue corneado en el muslo izquierdo por el segundo toro de la tarde, de nombre «Segoviano».
Tras unos segundos en volandas, a merced del toro, Román se recuperó y fue llevado a la enfermería de la plaza, donde fue operado en el momento. Currino Madueño, jefe de comunicación del matador, escribía entonces en redes sociales: «Cornada de tres trayectorias, una de ellas con orificio de entrada y salida. Rotura de vaso escrotal. Traslado en ambulancia a hospital de Mont de Marsan».
Y así fue. Tras una primera intervención in situ, el joven torero fue trasladado al hospital, donde ha sido operado de nuevo con éxito. Así lo ha explicado a la prensa el apoderado de Román, Eduardo Martínez: «Nos han confirmado lo que sabíamos. Es una cornada grande y extensa. La operación ha salido bien y pasará la noche en reanimación».
En la plaza de Vic-Fezensac, que celebraba el lunes su última corrida de la Feria de Pentecostés con Collado, El Rafi y Morenito de Aranda, el público enmudeció, hasta el punto que se interrumpió la lidia. Una cogida que ha cortado la buena racha del valenciano, triunfador en su encerrona en Fallas y reciente triunfador en Las Ventas, donde el pasado 11 de mayo cortó la primera oreja de la Feria madrileña.
Precisamente repasando los éxitos en este décimo aniversario de su alternativa, Román conversaba con LA GACETA: «Ser torero te obliga a dar un paso de más que como estés muy cuerdo no lo das. Pero es importante tener serenidad y cabeza, si no el toro te impone esa cordura a la fuerza». Una fuerza que, parece, no le va a frenar. El valenciano sueña ya con volver a sonreír en una plaza. Nosotros también.
