El director del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, Florencio Domínguez, ha lamentado que en el País Vasco «la radicalización violenta» de personas que luego ingresaban en ETA era vista «con naturalidad, como que formaba parte del paisaje, como la lluvia».
Domínguez ha pronunciado una conferencia dentro del XV Seminario Fernando Buesa que se celebra este jueves y viernes en Vitoria con el título «Pensamiento sectario, radicalización y violencia».
El director del Memorial de Víctimas, que tiene su sede en la capital alavesa, ha mostrado su esperanza en que con el terrorismo yihadista no ocurra lo que pasó con el etarra, que no se prestó atención a los procesos personales que llevaban a una persona a ingresar en la banda.
En este sentido, ha afirmado que hasta hace poco tiempo en el País Vasco no ha habido «políticas públicas de prevención» de los procesos de radicalización, cuando es importante «atajar la violencia antes de que se produzca».
Ha insistido en que la educación es fundamental para evitar la radicalización violenta de las personas, porque es «más fácil vacunar que curar» y ha afirmado que «siguen quedando muestras de fondo de odio que hay que seguir combatiendo».
En este sentido ha considerado «necesario deslegitimar el terrorismo para que en un futuro no aparezca una generación» que vuelva a empuñar las armas, ya que si queda alguna «justificación» de lo que fue ETA «seguirá habiendo gente que eche de menos» la violencia.
Domínguez ha concluido que detrás de los terroristas siempre hay «gente fría con estrategias racionales que utilizan la violencia para lograr unos fines políticos».
En la apertura del seminario ha intervenido la vicepresidenta de la Fundación Fernando Buesa, su hija Sara, quien ha recordado que en todo fenómeno terrorista hay una «visión deformada del mundo, que genera victimismo y odio, llegando a un punto en el que las personas se sientan atacadas en su identidad, ultrajadas».
«En este sentido me gustaría trasladar un mensaje a nuestros líderes y gobernantes: el cultivo habitual del victimismo y la generación sistemática de frustración pueden tener una influencia nefasta», ha dicho.
Buesa ha recordado, como Domínguez, que en el País Vasco se ha vivido este proceso de «radicalización», con un sueño «sectario y excluyente» de fondo.
«Salvando las diferencias entre el terrorismo de ETA y otros, como el yihadista, los ingredientes básicos del sectarismo y la radicalización son los mismos», ha afirmado.
La hija del político socialista asesinado por ETA el 22 de febrero de 2000 ha reconocido su perplejidad al ver la «reacción de horror y repugnancia ante los atentados yihadistas de algunas personas que no son capaces de ver el horror y el error en el terrorismo ejercido por ETA durante décadas en este país».
«Me deja perpleja y me hace preguntarme en qué medida el ideario sectario subyacente al terrorismo de ETA verdaderamente está superado y deslegitimado», ha concluido.
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