«Volví a nacer. Dios me dio otra oportunidad», ha señalado la mujer venezolana.
La periodista venezolana Michell Alejandra cayó a tumba de tres metros, cuando iba a poner unas flores, en el cementerio de Canillas, y estuvo enterrada media hora.
La mujer, huida del régimen criminal de Nicolás Maduro, tras hacer una entrevista de trabajo quiso «devolver a Madrid» algo de todo lo que le ha dado en el último mes.
Para ello compró una flores para ponérselas a la tumba más desprovista. «Recorrí quince minutos el campo santo buscando la tumba más fea y cuando la encontré se abrió y me tragó literalmente. Me cayó en la cabeza», ha dicho en declaraciones a ABC, antes de asegurar que la lápida se partió cayó al hueco y «apenas» se podía mover.
Compartió fosa con Antonio Bisquert, cuya lápida denota una larga estancia.
En ese momento, aturdida, entre escombros y en la oscuridad, pensó que «iba a morir». Llamó a una amiga y esta avisó a emergencias. Carleth trató de tranquilizarla y averiguar donde estaba: «Me dijo que cerca del Palacio de Hielo, por lo que nada más colgar marqué el 112». La operación rescate estaba en marcha.
La historia, propia de ciencia ficción, acabó con Michell dolorida. «Volví a nacer. Dios me dio otra oportunidad», ha finalizado.
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