Europa avanza a toda velocidad hacia su conversión en una federación totalitaria al estilo de la difunta Unión Soviética, donde las opiniones contrarias a la ideología dominante se castigan en los tribunales.
La última víctima de esta siniestra tendencia, que castiga muy especialmente a los soberanistas que denuncian la invasión de inmigrantes ilegales, ha sido la abogada holandesa Raisa Blommestijn, procesada por cargos de «racismo» e «incitación al odio» después de que expresara su indignación en respuesta a un vídeo viral en el que aparece un niño holandés nativo golpeado y arrojado a una vía de tren en Ámsterdam por una pandilla de inmigrantes.
Blommestijn reveló que había recibido una citación para comparecer ante un fiscal holandés en una audiencia judicial por su comentario en redes. «Un grupo de negros pateó a otro hombre blanco en la calle. ¿Cuántos blancos indefensos quedan para convertirse en víctimas? Probablemente innumerables: la élite de las fronteras abiertas está importando a estas personas en masa, con todas las consecuencias que conlleva», señaló.
Dijo haber sido sometida a un interrogatorio policial de cuatro horas por este comentario antes de que se le comunicase que tendrá que enfrentarse a un proceso judicial. «Hasta ahora no estaba claro qué iba a pasar con este caso. Lamentablemente, puedo decirles que a día de hoy ya está claro. La espada de Damocles ha caído porque esta mañana encontré esta carta en mi buzón. Una carta que no puede verse más que como una citación», dijo la abogada a sus seguidores.
La abogada conservadora alerta que están persiguiendo a la gente en Europa por sus opiniones políticas y por oponerse a la inmigración masiva en una nación que «pretende ser una democracia, un país con libertad de expresión».
El castigo de las autoridades a destacados conservadores por expresar fuertes opiniones contra la inmigración masiva se ha convertido en un tema común en toda Europa, que busca silenciar la disidencia.
